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Literatura
Reseña
junio 2025

Reseña literaria: adornados mitos de un bolígrafo en flor
Guido Schiappacasse

Cuando una semilla cae al polvo, sólo es un suspiro, únicamente es una posibilidad. Mas, si sus raíces son fuertes, la potencia se hará acto y con obstinado fototropismo su tallo se abrirá espacio entre los pedruscos y entonces, asomará al cielo con esfuerzo, valor e hidalguía. 

Ahora es un arbusto, más tarde un frondoso árbol con cercetas hojas nacientes de sus ramas que se humedecerán al rocío matutino, y por fin; flores con variopintos fragantes colores y frutos con un mosaico de ambrosía habrán surgido de aquella otrora potencialidad.

De la misma forma, el que ha tenido el don de la paciencia y del empeño en comunicarse a través de la palabra escrita, al que ha acogido las dificultades con estoicismo en su ensueño de letras y tintas escarlatas, el que ha descrito su acontecer propio y ha recogido el espíritu de su época en su libreta de notas, a este escritor amante de lo que ha sido registrado en un trozo de simple papel y de lo que está por escribir; muy bien le sentará explorar y conocer su propio origen; porque sólo así, las flores de su obra  tomarán una fragancia más cautivadora y verosímil, en tanto que los frutos de su creación tendrán un sabor de un gusto más refinado, esculpido y trabajado.

Y siguiendo mi propio consejo, escrito quizá, con una pluma que sólo se dejó llevar por un fervor surrealista; tal vez, golpeteando las teclas de un computador en un escindido yo que no me es tan familiar, respiro hondo percibiendo mi raíz, asumiendo mi principio. 

Nací en un país que casi se cae del mapa, largo y estrecho como la longaniza de San Carlos1; y lloriqueé por vez primera en esta tierra que sueña proyectándose a la Oceanía y al helado continente blanco. ¡Sí!, ¡así es!, vi la luz en este país llamado Chile, en donde mis huesos surgieron del polvo bañado por las aguas de un océano no tan calmo; y en donde, solo el huemul y el cóndor saben engalanar al origen de mi ser, a este; mi terruño patrio.

Por eso, hoy exploraré y me abocaré a mi cuna a través de sus mitos y costumbres ancestrales; pero para que esta labor no me sea en extrema ardua, pediré el auxilio de don Floridor Pérez.

Floridor Pérez Lavín tuvo su primer hálito en el año 1.937 en el poblado de Cochamó, pueblo de la región de caudalosos lagos, al sur de Chile; y su existir lo abandonó en el año 2.019 en el no menos torrentoso río del gentío de la capital de este país. 

Fue un poeta en una tierra de poetas (basta con rememorar a Gabriela Mistral y Pablo Neruda, bardos ilustres chilenos, ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura), un escritor que también se dio maña como para explorar en el arte del ensayista, fue biógrafo, un crítico literario, un folclorista y un estudioso enamorado de las costumbres originarias del país que lo acogió como hijo suyo.

En sus primeros años los versos lo cautivaron; leía, escuchaba, y recitaba estrofas por doquier. Más mayorcito se licenció en pedagogía en Castellano, ejerciendo su vocación de profesor en la enseñanza básica, media; y también a nivel universitario, recorriendo su lírica las aulas de las prestigiosas casas de estudio de la Pontificie Universidad Católica y de la Universidad de Chile. 

Tampoco lo dejó indiferente la vida pública, participando en el gobierno socialista de Salvador Allende2 como asesor de la editorial Quimantú, instrumento comunicacional y propagandista del régimen socialista de la Unidad Popular3 guiado por Allende. 

Esto más de un contratiempo le trajo a nuestro autor, porque con el Pronunciamiento Militar4  chileno dijimos hasta luego a los gobiernos elegidos en las urnas, se ordenó cerrar por fuerza de fúsil esta colorada editorial, y el trovador fue arrestado por razones ideológicas y condenado a pernoctar, durante seis largos y angustiosos meses, en la isla Quiriquina.

Pero su voz no pudo ser silenciada por la historia vestida de armas y autoritarismo, porque este vate se destacó en el arte de la rima, el verso y la estrofa; siendo autor de líricas obras como «Para saber y cantar», «Chile contado y cantado», «Cartas de prisionero», «Memorias de un condenado amante» y «Con lágrimas en los anteojos». 

También, con alma generosa y reconocedora del mérito ajeno, homenajeó a excelsos escritores connacionales suyos en ensayos biográficos tales como «Francisco Coloane, biografía de leyenda», «Gabriela Mistral, una lección para aprender» y «Manuel Rojas, la novelesca vida de un novelista». 

Asimismo, su espíritu educador lo llevó a escribir textos de estudio y consulta como «Diccionario ortográfico de dudas de la lengua». 

Es más, su recorrido por el bello arte de las letras propuso su nombre como finalista en varias oportunidades del Premio Altazor, prestigiosa distinción al trabajo artístico chileno.

Pero, hoy quisiese destacar la labor de Floridor en la recopilación, conservación y difusión de las tradiciones y narraciones populares chilenas, como lo es su volumen sobre «Pedro Urdemales». E incluso más, me permitiré destacar su obra «Mitos y leyendas de Chile»5, la cual ha tenido múltiples reediciones, transformándose en un bestseller. 

Y sin más, es momento de indagar sobre este libro que relata vetustas historias narradas por los pueblos originarios de Chile; pero, acompáñenme, no se queden atrás, abramos este volumen y husmeemos juntos entre sus páginas.

Desde su introducción al tema mitológico, este libro simplemente nos seduce guiados por la voz del profesor con vocatus y pasión por la enseñanza, en una forma del todo original y didáctica. Mas, para alcanzar este objetivo, don Floridor Pérez no recurre a un exagerado academicismo, todo lo contrario, presenta una narración introductoria que acaece en el aula de enseñanza, en donde a través de entretenidos diálogos, los estudiantes, entre séptimo básico y cuarto medio, disienten del profesor porque consideran que el estudio de los mitos carece de importancia por considerarlos falaces fantasías y no más que aquello. Pero el educador les enseña a sus pupilos que los mitos son una recreación muy viva de la tragicomedia de nuestra propia y moderna vida.

De esta forma, recuerda a Orfeo, el mítico héroe de la antigüedad clásica, el cual está dispuesto a descender a los infiernos con el propósito de rescatar a Eurídice, su fallecido amor perdido. Y acaso, ¿no es el hospital público un moderno averno? Un sitio donde el esposo fiel, incluso está dispuesto a donar un órgano vital con tal de salvar la vida de su mujer, la que yace en una lastimera camilla de este infierno contemporáneo, porque las camas desocupadas brillan por su ausencia; en un nosocomio pobre en recursos con qué atender a una comunidad necesitada de salud y creciente en forma exponencial.

Es más, entre los párrafos de estos simpáticos diálogos, descubrimos que el personaje del educador es el autor de este libro, por ello ante la pregunta del alumno:

—¿Usted cree en los mitos?

El maestro responde:

—¡Pero si he publicado un libro de mitos y leyendas!

Sin duda, es Floridor que hace referencia a sí mismo y a su obra. Excelente, una ingeniosísima forma de darnos luz sobre la relevancia de los mitos, incluso en nuestra Época Posmoderna.

A continuación, exploremos la primera parte de este librillo sobre los mitos chilenos, del cual escogeré, a modo de pinceladas, algunos mitos aborígenes de rastro humano:

a.- La Pincoya: esta sirena es símbolo de la fertilidad y generosidad del mar. Cuando baila desnuda o toma el sol sobre las rocas posando su vista hacia el océano, una pesca abundante les espera a los madrugadores hombres de mar. Mas, si la Pincoya le da vuelta la cara y le niega su mirada a las aguas, este lugar quedará estéril y estos esforzados no hallarán en aquel sitio ni peces ni mariscos.

Los marineros, con tal de atraer los favores de esta mítica ánima, organizan alegras fiestas acompañadas de los acordes del acordeón y la guitarra. Aquí podemos vislumbrar una escondida enseñanza encerrada en este mito, porque si los seres humanos se lanzan a su quehacer empapados de un alegre y esperanzador pensar, aumentará la probabilidad de éxito en cualquier empresa en que se afanen. Algo similar nos plantean las modernas psicotécnicas cognitivas6 para el tratamiento de las aflicciones de la mente. Sin duda, nuestro autor tiene toda la razón cuando escribe que el conocimiento científico está entrelazado con la sabiduría ancestral de los mitos. Otro ejemplo de aquello puede descubrirse en el siguiente párrafo:

Si por algún motivo, los pescadores laboran indiscriminadamente en un determinado lugar, solamente acarrearán con el enojo de la Pincoya, la que abandonará el sitio, provocando escases en el mar de esta localidad. Sin lugar a cavilaciones, esta antigua narración mítica nos recuerda el moderno concepto científico de la explotación racional de los recursos naturales. Es más, el poeta, con humor blanco si se quiere, nos propone nombrar a la Pincoya como delegada de Chile en la próxima cumbre mundial sobre desarrollo sustentable.

b.- El Trauco: este malévolo y mágico ser vive en los bosques de Chiloé, al sur de Chile. Le brindan refugio los huecos de los árboles y las cavernas naturales y le otorgan sustento los frutos de la arboleda.

Este pariente de faunos y sátiros grecorromanos7 es un enano deforme, de andar inseguro porque tiene remedo de pies, sin ortejos ni talones, por eso usa para deambular un encantado báculo; y, asimismo, gusta de traer consigo su hacha, la que anuncia su presencia cuando con esta filosa golpetea los árboles. 

Su naturaleza es la de un psicópata porque de encontrarse con un varón humano, la mirada y/o el aliento de este Trauco se posarán sobre el infortunado que sufrirá de la brujería de este mítico ser. Se tullirán los huesos de la víctima, sufrirá de torceduras en el cuello y muecas faciales horrorosas; cosa que quede tan a maltraer como este envidioso enano. Pero, si esta mítica criatura se topa con una Eva, entonces su mirada de odio y furia se transformará en la más exuberante pasión, provocándole dulces sueños a su amada y presentándose ante ella disfrazado de apuesto galán, así engañará a la bella, todo sea para poseerla.

De esta narración fantástica mucho puede decirse, pero el autor nos sorprende al referirse a los esfuerzos que ha tenido este pequeño mal hecho que hacer con tal de adaptarse a su nuevo entorno, ya que el hombre (a veces de conducta más sociópata y peligrosa que la del mismo Trauco) está haciendo desaparecer los bosques de la sureña isla de Chiloé. 

Por eso, empresario del negocio de la madera, antes de seguir talando árboles en forma indiscriminada y no racional, deténgase un momento; y siéntase a leer y a repasar esta mítica moraleja ecológica.

c.- Trentrén y Caicaivilu: en el inicio eran dos poderosos espíritus que decidieron arroparse con escamas transformándose en enormes serpientes. Caicaivilu decidió ir a vivir al mar, pero a Trentrén le acomodó más el monte. 

Estos reptiles de sangre fría eras similares, y a su vez, muy diferentes. Así, Caicaivilu odiaba al ser humano y por eso agitó su cola generando un monstruoso maremoto; en tanto, Trentrén sentía simpatía por los hombres y por eso los alertó del inminente desastre y los conminó a subir a su cerro. 

Las bestias, tanto pumas, zorros, llamas y huemules, así como torcazas y queltehues, olvidaron sus enemistades y juntos corrieron unos y volaron los otros, hacia las alturas que les ofrecía Trentrén.

Pero los mapuches no desalojaron la planicie con la misma premura, los más ancianos se negaron a dejar su tierra en la que habían vivido toda su existencia, los incrédulos se dijeron a sí mismos y para quien quisiese escucharlos «que no pasaba nada»; y los indecisos meditaron sobre si era conveniente perder el cobijo que, por tantos años, les habían ofrecido sus cómodas rucas ubicada en el valle.  

Sucedió que tanto fue el alboroto y tan ineficaz el ascenso de los araucanos, que únicamente sobrevivieron una o dos parejas indígenas; y para evitar que las aguas las engullesen como a todos los demás, hubieron de arrojar a sus hijos al torrente, solamente así Caicaivilu se apaciguó y junto con su cólera que decreció, asimismo, el mar retrocedió. 

Los arqueólogos no han encontrado evidencia de un diluvio que comprometiese a toda la Tierra, pese a ello, este tópico arquetípico y simbólico está presente en los mitos de muchos ancestrales pueblos, aunque estos diversos asentamientos humanos no tuviesen ningún tipo de contacto entre sí. 

Basta, como ejemplo, recordar el mito bíblico del arca de Noé8 de la tradición judeocristiana e islámica; o la undécima tablilla del «Poema de Gilgamesh»9, escrita hace más de 2.000 años antes de Cristo, en una tierra ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates.

Floridor Pérez, en esta ocasión, nos ofrece la versión mapuche del Diluvio Universal; sin embargo, luego el autor da un «giro de tuercas» en la temática, reflexionando sobre la pareja de Arauco que tuvo que entregar a sus hijos para salvarse de las aguas.

De la misma forma, muchos años después, los descendientes de los indígenas que antaño sufrieron con las peripecias de una inundación, para hacer frente a esta nueva ola compuesta por los invasores hispánicos, por segunda vez tuvieron que sacrificar la sangre de sus hijos, pero ahora en batallas vestidas de aborigen nobleza, valentía y coraje. 

d.- El Caleuche: a este chilote buque fantasma o barco de arte (arte entendido en este contexto como ciencia de los brujos) la NASA podría definirlo como un objeto flotante no identificado. Sin embargo, la tradición sureña de la isla chilota, transmitida de generación en generación, podría declarar que el Caleuche es un objeto flotante identificado. 

Esta embarcación de arte es tripulada por brujos que deambulan saltando en una sola pierna, la otra extremidad se la amarran a la espalda teniéndola doblada por la rodilla. Además, se puede considerar como ocupantes del naviero, a algunos humanos invitados que han hecho trato con los brujos; y también ha de tenerse en cuenta a algunos poco aventurados secuestrados que han sido castigados por no cumplir un pacto, blasfemar contra el poder de los brujos o por andar de fisgones, espiando a escondidas al navío, cuando este recala en algún puerto. 

Al igual que estos magos, también esta embarcación tiene asombrosos poderes. Puede sumergirse a la usanza de los modernos submarinos, puede mostrarse a la vista de los lugareños como un tronco o un trozo flotante de madera, y al surcar los mares presenta una luminosidad sobrenatural.

Como sea, don Floridor Pérez, nos asombra dando datos sobre algunas ilustres y honorables personas que han visto casualmente al Caleuche, incluso llama al estrado como testigo al comandante Agustín Prat von Seitz, sobrino del héroe del Combate Naval de Iquique10. 

Así, el autor empieza a traspasar los límites entre la mera fantasía y los hechos y personajes históricos, dándole a su relato un toque de mayor credibilidad, como si fuese una especie de registro de una investigación periodística, a lo que el autor le agrega una gota de tinta surrealista.

Finalmente, a modo de conclusión… 

Esta obra literaria está escrita con una prosa sencilla, directa, didáctica, salpicada de momentos doctos, pero sin exagerar para no atosigar al lector, junto con humor y jocosidad que de un instante a otro nos sorprende. 

Y así, este ingenio cumple su doble objetivo de entretenernos y cautivarnos a través de la lectura de los mitos chilenos; y a su vez, hacer que reflexionemos con las enseñanzas y sabias lecciones ancestrales que pueden descubrirse entre líneas en estas fantásticas narraciones.

Aunque no lo deseemos…

Ha llegado el momento de cerrar este libro y dejarlo reposar. Pero, he recordado en este instante, a don José Ortega y Gasset11 y su máxima: «yo soy yo y mi circunstancia». 

El pensador español en ello tiene toda la razón; asimismo, en nuestro caso, un escritor es un artista cuyo pensamiento, sentimiento y vivencia, que ha de transcribir al papel en blanco, es una reflexión, una emoción y una experiencia situada circunstancialmente en una determinada área geográfica. Una localidad con tradiciones y costumbres aborígenes que influyen en la esencia del vate; y por ello mismo, el amante de la escritura debiese conocer su propio origen y las creencias míticas que empapan su lugar de nacimiento.

Y si al «principio» nos referimos, ¿Cuál será el origen etimológico de Floridor, el nombre de nuestro autor?  

Esta nominación se descompone en «flor» y «dor/dorido», que puede interpretarse como «el que está adornado con flores».

He ahí, la explicación a la, si se quiere, alambicada nominación que lleva por título la presente reseña literaria. 

Y mientras conversamos, ya se ha hecho tarde y el cantar del gallo explota en disonante sinfonía, por eso es mejor que dejemos descansar a esta creación del maestro Floridor Pérez, seguiremos explorando esta obra cuando el sol vuelva a su cenit.

¡Hasta la próxima entrega!

«Mitos y leyendas de Chile», libro de Floridor Pérez
«Mitos y leyendas de Chile», libro de Floridor Pérez

 

 

 

  1. San Carlos: pueblo de la zona centro sur de Chile, a solamente 27 kilómetros de Chillán, su capital regional. El pueblo de San Carlos destaca por una economía basada en la fabricación de embutidos, rivalizando históricamente por la denominación de origen de la longaniza con su vecino Chillán.
  2. Salvador Allende Gossens (1.908-1.973): médico cirujano y político socialista chileno, que ejerció como presidente de Chile desde el 3 de noviembre de 1.970. Su dirigencia se caracterizó por un socialismo democrático, finalizando abruptamente su regencia el 11 septiembre de 1.973, dado un golpe militar de estado, ante lo cual Allende optó por el suicidio.
  3. Unidad Popular: coalición política chilena de partidos de izquierda formada en 1.969, con el objetivo de convertirse en una mayoría que llevara a alguno de los suyos a la presidencia de Chile.
  4. Pronunciamiento Militar: se refiera al golpe de estado del 11 de septiembre de 1.973, acaecido en Chile, el cual derrocó al gobierno constitucional de Salvador Allende y estableció la dictadura militar liderada por el general Augusto Pinochet Ugarte.
  5. «Mitos y leyendas de Chile»: libro sobre las creencias y costumbres ancestrales de los aborígenes de Chile, escrito por el poeta Floridor Pérez, editorial Zig-Zag, Santiago de Chile, año 2.012. Además, esta obra se encuentra en Internet en el siguiente enlace:https://escuelalospellines.cl/descarga/plan%20lector/6/1.-%20mitos%20y%20leyendas%20de%20chile.pdf
  6. Psicotécnicas cognitivas: herramientas psicoterapéuticas valiosísimas para ayudar al doliente a cambiar su forma de pensar y sentir, lo que puede tener un impacto significativo en el bienestar emocional, las relaciones interpersonales y los logros en las tareas que el paciente emprenda.
  7. Faunos y sátiros: divinidades menores romanas asociadas a los bosques, campiñas y a la agricultura, generalmente se representan como hombres barbados con patas de cabra, siendo su principal carácter un desenfrenado apetito sexual, tanto por ninfas como por doncellas mortales.
  8. Noé: figura clave del Génesis de la Biblia, de gran fe y obediencia para con Dios, el cual, siguiendo las instrucciones de la divinidad, construyó un arca que le permitió salvarse a sí mismo, a su familia y a una pareja de cada especie animal durante el Diluvio Universal.
  9. Undécima tablilla del «Poema de Gilgamesh»: fragmento de una tablilla de arcilla cocida que contiene inscripciones cuneiformes que describen un épico diluvio que azotó Babilonia. Esta narración es parte de la «Epopeya de Gilgamesh», esta última es una obra literaria sumeria anónima, considerada como una de las más antiguas de la historia de la humanidad.
  10. Combate Naval de Iquique: enfrentamiento naval ocurrido el 21 de mayo de 1.879 entre la corbeta chilena Esmeralda y el acorazado peruano Huáscar, en el contexto de la Guerra del Pacífico. El capitán de fragata, Arturo Prat Chacón, estuvo al mando de la Esmeralda durante este conflicto; y es considerado, por su valor y sacrificio total durante este combate, como un héroe patrio para los chilenos.
  11. José Ortega y Gasset (1.883-1.955): filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica. Pensador de gran influencia en la filosofía hispánica e iberoamericana del siglo XX.

Floridor Pérez Guido Schiappacasse Mitos y leyendas de Chile

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