Literatura
Poesía
octubre 2025
Tres poemas de “Hasta ver apagarse tus cenizas en un cementerio de elefantes”
de Eduardo Saldaña
(2024)
ALABANZAS Y CONFESIONES
En casi todos mis alumnos más huraños, he creído verte a ti.
Los que rayan siluetas obscenas sobre la carpeta, culpando a otro compañero.
Los que amenazan y asesinan fugazmente usando los ojos, solo por el orgullo.
Los que me cuentan acerca de sus familiares presos en alguna cárcel sin visitas.
Los que llevan los zapatos mal lustrados y atraviesan invasiones de esteras.
Los que festejan semidesnudos, rompen lunas, queman llantas y lloran a solas.
Los que huyen con esas primeras conquistas, jurándoles una rosa tatuada.
Los que ríen violentamente: aplaudiendo, maldiciendo, elevando los cuatro vientos.
Los que también son criados por sus abuelos y odian verlos mendigar.
Los que guardan revólveres bajo la ropa interior, mientras olvidan la cena.
Los que reciben un diploma, sabiendo que nadie vendrá a felicitarlos.
Los que jamás revelan su edad por la vergüenza de parecer más acabados.
Los que fundan una cuadrilla y se cambian el polo, evitando ser detenidos.
Los que ignoran el color del semáforo, tiran piedras o se persignan incrédulos.
Los que son impuntuales y van a la dirección siendo llamados mediocres.
Los que golpean antes de ser golpeados, insultan antes de ser insultados.
En casi todos mis alumnos he creído verte a ti,
y, ni siquiera, puedo decirles, cuánto lo lamento:
que esta no sea la vida que me ofrecieron,
para ninguno de ellos.
MAZINGER Z
Mazinger Z, llegó en el año 1983 a las televisiones peruanas,
y tú creíste que su verdadero color era blanco y negro,
porque solo así podías verlo, a la edad de siete años,
dentro de la única casa vecina que
soportaba tu presencia.
Dicen que al final de la serie,
Mazinger aprendió a volar luego de perder el brazo derecho.
Siendo vencido con honor,
recordando todas sus mejores batallas:
«Afrodita A, Koji, escúchenme por favor,
la inmortalidad nunca existió,
siempre se trató de un episodio inacabado».
Pero tú, sigue creyendo que, algún día,
no muy lejos de cualquier patrullero.
Cuando todos hayan regresado durante
la noche buena con sus familias,
dejándote otra vez solo en la calle,
como una botella descartable vacía,
el Jet Pilder surcará estos cielos enrojecidos
y te rescatará del holocausto.
FOTOGRAFÍA DEL AÑO 1979
Al joven hermoso, solitario y ágil que alguna vez fue,
quisiera haberle dicho, que no se dejara convencer
por aquel instinto caníbal del desagravio.
Quisiera, además, repetirle lo mucho que trascenderá
esa nobleza frágil.
Al que hacía ruedos en las esquinas,
para que todos celebraran su ingenio.
Indómito, precavido, digno de exigir el calibre
que usará mañana.
Al ladrón de orquídeas que todavía sueña
con ver caer la nieve,
quisiera haberlo resguardado a tiempo,
antes de que jamás nadie lo abrazara.
Pero apenas, he podido ofrecerle este verso,
como un disparo tardío.
Eduardo Saldaña (Trujillo, 1995). Bachiller en educación secundaria, mención Lengua y Literatura, por la UNT. En el 2021 ganó los “Juegos Florales Interuniversitarios”, organizados por la misma casa de estudios. En el año 2023 obtuvo el premio de bronce en el concurso nacional de narrativa, “Germán Patrón Candela”. Ha publicado los poemarios: La Comedia Inútil (Paloma Ajena editores – 2020) y Hasta ver pagarse tus cenizas en un cementerio de elefantes (Dendro ediciones – 2024).