Literatura
Reseña literaria
marzo 2025
Delirios Nihilistas o la poesía como cámara instantánea
Por Viridiana López Zapata
He vuelto a leer Delirios Nihilistas de Aníbal Malaparte después de 2 años de recibirlo como regalo por primera vez. Es un libro de 45 poemas narrado en un estilo que oscila entre elegía leninista y proclama surrealista. Son poemas-historias que muestran un anhelo muerto, un romance suicida y una mórbida conciencia de clase que no teme a la violencia, sino que la anhela. Son poemas cotidianos, de pluma cruel para con el lector ya que no terminan con el punto final, sino que culminan como espejo que nos muestra nuestros misterios sin dolo, pero también sin autoengaños. Esta impredecibilidad no es algo que busquen los lectores, por lo que cuesta estimar en un primer instante. En mi primera lectura me costó apreciarlo, pero esta relectura me ha mostrado su increíble riqueza literaria.
Hablamos también de un poeta que polariza: no deja a nadie indiferente, ni por su posición política revolucionaria ni por su considerable talento con las palabras. Es una obra que encuentra una extraña obsesión en crear conexiones entre poemas y música.
Estos poemas de Malaparte expresan toda una serie de incidentes que relatan pedazos rotos de su propia psique, cada uno de ellos es un monumento a una derrota que se niega a rendirse.
Estas derrotas hablan, gritan y se humillan entre sí, son una colección de asesinos que al quedarse sin presas se atacan entre ellos, son acuerdos entre traumas que no siendo soportable su vida en tristeza buscan la alquímica transmutación en alguna rabia apenas comprensible. No son poemas sutiles, si bien su delicadeza literaria es incuestionable las expresiones extremistas expuestas en el poemario no pueden obviarse.
Marxismo y psicoanálisis.
Poemas como Desgaste y nostalgia, Moi j’ai les mains sales o Vasos rotos son todos poemas que expresan al individuo como efecto de unas estructuras: ni autónomos ni dueños de nuestro destino sino como resultado de condiciones materiales e ideológicas ¿el resultado? Individuos fragmentados en búsqueda de una identidad imposible de alcanzar plenamente. Estos sujetos que no dominan su entorno ¿Qué pueden hacer al amar sino entregar lo que queda si mismos después de que el capitalismo los despojó? al rebelarse contra este mismo capitalismo ¿Cómo podrían articular su rebelión sino como un acto de convertirse en algo más que lo que el capitalismo les impuso?
La construcción de lenguaje y símbolos de Malaparte está inscrita no solo en su talento como escritor sino también en una profunda negación al negarse a reproducir las condiciones de producción capitalistas. Este marxismo es lacaniano ya que el poeta comprende plenamente que “nombre del padre” con el cual pretenden internalizar las estructuras simbólicas que lo sujetan a un orden social. Y en nombre de su historia, su propia autenticidad y del amor que puede llegar a sentir Malaparte rechaza la ideología dominante al negarle al sistema construir su identidad, incluso si esta negación pone en riesgo su futuro.
Contracultura y alta cultura.
Así como el autor construye puentes entre marxismo y psicoanálisis lo mismo puede decirse entre la rebelión callejera juvenil con la alta cultura. Su poesía puede describirse como la de un estudiante de música clásica que con chamarra de cuero y una mohicana abandona el
auditorio para tocar en banda de punk. O tal vez es en sentido contrario, la de un estudioso de los clásicos de la literatura que se mete de letrista y vocalista en un concierto de noise.
Esta amplitud de lenguaje que tiene Malaparte se retrata en toda su poesía donde conceptos contradictorios se unen para construir una nueva sensibilidad estética donde los sonetos y cabalettas se unen a los secretos y calaveras, donde se lee a Althusser mientras se escucha a Sonic Youth o donde una banda de jazz termina reinventándose en las filas de una guerrilla.
Esta habilidad poética, que había vislumbrado al leer poemas sueltos en internet son una seducción que nos muestra tanto como oculta. Son como el iceberg de Hemingway que nos muestra solo una parte de algo mucho más grande, pero al leerlo en su conjunto, en un solo libro y en el orden que el poeta creyó conveniente mostrarnos nos damos cuenta que ese iceberg viene contra nosotros con toda la intensión de hundir nuestro barco.
Poemas-fotografías.
La poesía de Malaparte recuerda a una polaroid vintage: llena del encanto de una instantánea que solo puede aspirar a capturar momentos que se van como apenas vienen. Son historias de derrota, de fusiles de asalto, de desorden mental o de amores que no tuvieron un cierre. Con
la habilidad de un Baudelaire el poeta teje imágenes cuya tristeza encuentra deliciosa: es una miseria que enorgullece al poeta porque no le permite superar los momentos descritos y nos muestra como años después siguen marcándolo.
Son poemas como Ojo de vidrio, No lo sé o Ruegos los que me causan las impresiones más duraderas. Como mencioné al principio son poemas con una impronta surrealista pero también es obvio que como escritor el poeta es parte de una tradición literaria donde lo mismo está el Manifiesto comunista que El paraíso perdido. Estas influencias crean en el propio autor un misterio impronunciable que intenta desesperadamente develar, esta sospecha por sí mismo permite una serie de versos imposibles para cualquiera que no sea Aníbal Malaparte: etéreos y frágiles, pero frágiles como una bomba casera en la mochila de un terrorista dadaísta.
Leer a Malaparte es un acto de furiosa libertad, son poemas que invitan a reflejarnos en ellos sin mentirnos para sentirnos mejor. Son conexiones con una vida de lucha y sacrificio por parte de un luchador callejero comunista pero también son un regalo lleno del más desinteresado amor de un genio artístico que se ha convertido en personaje de su propia obra.
Viridiana vive en Xalapa y es egresada de la Universidad Veracruzana, Licenciada en Pedagogía. Me gusta la poesía, la lectura, conocer nuevas perspectivas y formas de pensar, me encanta bailar, caminar por los parques, disfrutar de los paisajes y la naturaleza, disfrutar de los días en familia, tengo una hija. He participado en diversas movilizaciones como la de los 43, movilizaciones durante mi etapa de Estudiante universitaria, entre otros.