Literatura
Poesía
agosto 2023
POEMAS DE EDINSON ALADINO
LA ISLA DE CALIPSO
Déjame consolarte del viaje de tu espada;
la tristeza es una ciudad en ruinas
y el poeta dibuja en los oídos de barro
la trama de tus días que es mi isla.
Déjame sorprenderte desnudo sobre la arena
recordando tu antigua vida;
tu desnudez ausente de guerrero y sabio,
de artesano y guía,
tu desnudez de rey en el destierro,
sin naufragio a barco deseado,
sin rutas o cabellera más precisa
que esta bahía a su temblor indócil.
Déjame llenar tu boca con mis senos,
navegar en lo salado,
hundirme en la cicatriz de tu muslo
y resumirte el regreso a Ítaca
donde vuelves a ser nadie,
donde nadie te reconoce y nadie eres.
Déjame sujetar tu frente con mi sueño,
darte la tranquilidad del niño
y aligerar tu rostro como un dios
que todo lo sabe y todo lo puede.
Déjame recordarte desde los sargazos de mi isla,
escuchando la luminosidad de tu barco
que se aleja sin anunciar la despedida.
JOYCE EN UNA CALLE DE TRIESTE
Regresan los navíos con la elegancia con que se diluye
la imaginación por el dorso de las islas.
El tímpano marino no corresponde
a la lengua que habitaron tus ancestros
en esas regiones de hedor verde y esmeralda.
Las manos pulimentadas vuelven a comprobar
el saludo de la madre muerta;
aquella balada antigua que sonaba
en la estación del tren
mientras los labios corrían tras otros labios
ocultos por las sombras de los muros,
de esos muros soplados por los fresnos de Galway.
Hay que dormir con las manos atadas
para escuchar una hilera de palabras,
o la soledad del ciclón que semeja
la incertidumbre de tu padre anciano.
Las cartas llegan para reparar tu sueño
de fantasmas por la ciudad dórica y el río de cera.
Una experiencia sensible no se aísla del mundo.
Las manos pulimentadas –en una calle de Trieste–
definen una isla, aprietan corales.
En una urna cineraria reposa la ceniza infantil,
la creación y una rosa profunda como un laberinto.
BUSTO DE DANTE EN UN BAZAR DE PUEBLA
–«Me dieron vida en un taller toscano.
Alma y nieve en el cincel del orfebre,
cumplida delicadeza
y ahogadas noches rascando en el mármol
el rostro florentino.
Yo lo sé: soy la representación y una fracción de músculo,
carne inmóvil
en donde tiñen agua los durmientes.
Debajo de mi cuello está la firma de Dios.
Mi creador.
Lo vi de reojo cuando mis párpados
se alzaron para deletrear y hacer mío el nombre del poeta.
Muchos lugares he conocido.
Permanecí en anticuarios con paredes húmedas de Venecia
y en bazares curtidos de Andalucía.
Muchas manos me han sostenido y me han celebrado.
Las personas entran desde la calle
dejando su sombra: no todos perciben el milagro.
En la noche apagan la luz y se cierran las puertas.
Y vuelvo a ser un objeto más,
polvo y resina sobre la mesa».
Edinson Aladino (Colombia, 1985). Es Doctor en Letras por la UNAM. Ha participado en congresos internacionales en México, Argentina, Colombia, Guatemala, Perú, Cuba e Italia. Ha publicado artículos académicos en revistas especializadas de América Latina y África. Colaboró en capítulos de los siguientes libros: Encuentros y desencuentros entre América y Europa, 1521-2021. A 500 años de la Conquista de México, Universidad de Salerno, 2022; Alteridad. El rostro del otro, Universidad de Salerno, 2020; Diálogos e interdisciplinariedad: Educación, Historia, Literatura y Arte, Universidad de Salerno, 2019; El corazón es centro: narraciones, representaciones y metáforas del corazón en el mundo hispánico, Universidad de Padua, 2017; Trayectos del fulgor: libros y viajes en la circulación de saberes, siglos XVI al XXI, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2016. Estuvo en una estancia de investigación doctoral en La Habana en el 2018, en el Archivo de José Lezama Lima que resguarda la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Recientemente cursó un diplomado en Estudios Afrolatinoamericanos por la Universidad de Harvard. En la actualidad realiza su estancia posdoctoral en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.