Literatura
Entrevista
julio 2023
Platicando con un escritor en ciernes
Entrevista por Gustavo Pablo Reyes Escalona, escritor cubano a Maikel Sofiel Ramírez Cruz
Tanscripción de la entrevista realizada a Maikel Sofiel Ramírez Cruz (El Tejar, Chaparra, Las Tunas, Cuba, 1981) Narrador. Licenciado en Psicología. Curador de la Colección Literatura Contemporánea de Laia Editora (Argentina) Editor y corrector de estilo de Aquiescencia Editorial (México) Autor de los libros de cuentos El bar de las revelaciones (1ra edición, Editorial Kañy, Argentina, 2023; 2da edición, Hoja en Blanco Editorial, Colombia, 2023; 3ra edición, Trinando Editores, Colombia – México, 2023), Mi puta idolatrada (1ra edición, Laia Editora, Argentina, 2023; 2da edición, Aquiescencia Editorial, México, 2023) y Testimonio de un cazador cazado (En proceso editorial bajo el sello Mandrágora Ediciones, radicado en Guadalajara, México). Su obra ha sido publicada en más de treinta revistas, y en varias antologías de Latinoamérica y España. Finalista en concursos literarios internacionales.
— GRE: ¿Qué necesita alguien que domina los rudimentos de la escritura para considerarse escritor?
— MSRC: Creérselo. Si alguien no cree en sí mismo, entonces, ¿quién va a creer en él? La confianza en sí mismo es sumamente importante, y no solo en la escritura o la creación, sino en cualquier ámbito de la vida. Una persona debe confiar en sí misma, de lo contrario está destinada al fracaso, pues al primer tropiezo dejará de intentar cualquier empresa.
Otra cosa que no está de más es contar con el “visto bueno” o la “aprobación” de un escritor (a) ya establecido. También viene bien recibir un poco de aceptación, me refiero a que todos buscamos de un modo u otro ser aceptados. Los escritores queremos que nos acepten los lectores, otros autores, las editoriales, entre otros, además anhelamos recibir alguna que otra buena crítica; al igual que deseamos formar parte de “grupos” pues el hombre es un ser social, que nace, crece, se desarrolla y muere en un grupo fundamental, que es la familia, por citar un ejemplo.
— GRE: ¿Cuánto tuvo que ver Antonio Borrego Aguilera con el hecho de que tengas dos libros publicados y uno en proceso editorial?
— MSRC: ¿Cuánto? Todo o casi todo. Él es “el culpable” de lo que está pasando conmigo y lo hago responsable también por lo que sea que esté por venir. Tony fue un gran amigo y era un ser humano excepcional. Lamentablemente ya no está entre nosotros, ni pudo verme crecer, si es que algo he crecido… En ocasiones pienso qué habría sido de mí si no lo hubiera conocido. Algunos dicen que él era un crítico áspero, demasiado severo. No lo veo así, incluso a pesar de que me tocó vivir esa supuesta aspereza en carne propia. Lo que pienso es que Tony era sincero, no como otros que fingen que les agrada lo que haces y te engañan…
Cuando nos conocimos leyó algunos de mis “poemas”, recuerdo que me preguntó: “¿Hijo, quién cojones te dijo a ti que eras poeta?” Y luego afirmó: “Esto no es poesía, esto es algo que dista mucho de ser poesía. Es que… la poesía es otra cosa… ¡En todo caso, tú eres narrador, pero poeta, qué va!” Entonces toda argumentación que utilicé en mi defensa fue en vano. Me fui a mi casa bien triste, pasé meses deprimido y sin escribir. Hasta que hice lo que me recomendó: leer, narrar, contar historias y no tratar de escribir jamás poesía. Retomé algunos textos que tenía engavetados, los corregí, escribí otros, y fui a verlo con un puñado de narraciones entre las manos. Cuando leyó quedó encantado, aunque no satisfecho. Hizo algunas correcciones, señalamientos críticos que consideré de suma importancia. Me despidió inistiendo en que siguiera leyendo y escribiendo, sin pensar en complacer a nadie, sin pensar en lo que pudiera traer como consecuencia. Seguí sus consejos. Poco después, en el año 2007 vi mi trabajo publicado por vez primera en la revista Quehacer, de la ciudad de Las Tunas. Fue una tirada pequeña, modesta. El cuento elegido por el Consejo Editorial fue un microscópico texto titulado Dos hombres. Aquello, para mí, fue como ganar el premio literario más importante del mundo, me llenó de alegría y me insunfló un no sé qué para seguir adelante… Yo doy gracias a Dios, pues no soy ateo. Agradezco infinitamente haberlo conocido, pues, sin su ayuda, quizá yo estaría malogrando “poemas”, echando a perder cuartillas, con lo escaso que anda el papel en estos tiempos tan complejos.
— GRE: Todo país, pueblo o persona, tiene sus “zonas oscuras”. ¿Cómo resulta narrar desde el realismo sucio la realidad de la Cuba actual?
— MSRC: Realidad de la Cuba actual, realismo sucio, zonas oscuras… Deja ver cómo me explico.
Coincido contigo, todo tiene zonas oscuras, pues nada ni nadie es del todo bueno, ni del todo malo. Vendría a ser como una balanza que se inclina un poco más hacia un lado o hacia el otro, o que mantiene un equilibrio perfecto (rara vez ocurre). Un ejemplo podría ser la historia de Caín y Abel, un hermano que mata por celos, pues quería ser el predilecto de su padre. Dentro de nosotros hay maldad y bondad. Nadie escapa a eso, ni siquiera Nuestro Creador, pues al leer La Biblia podemos notar que Él es todo misericordia, pero al mismo tiempo, es un Dios celoso, que puede llegar a mostrar una excesiva crueldad hacia su propia creación.
La sociedad cubana está signada por lo sucio, quizá por lo profundo de las interminables crisis que han caracterizado nuestra historia, o quizá, simplemente, porque el ser humano es así por naturaleza. Mi entorno, mi medio, mi realidad, es bien compleja, es dura, y con esto no quiero decir que otras realidades lo sean menos o más, pues yo conozco la mía, y sobre esa escribo.
Claro que, la ficción no es la verdad en sí, así que lo narrado, por muy realista que sea, se funde y se confunde. El escritor se alimenta de su entorno, del chisme de un vecino, de la historia que escucha en una parada mientras espera el transporte para viajar, el escritor no es más que un chismoso y un mentiroso compulsivo, pero si es realismo lo que escribe, para su escritura parte de un hecho concreto. Por mi parte, en ocasiones vivo algo que merece ser escrito, contado a los demás, no creo que exista otro modo de hacerlo que desde el realismo sucio. Ya sé que no es muy bien visto, ya sé que no es muy aceptado, pero, en mi opinión, esa es la mejor manera de decir lo que quiero decir, me da lo mismo que no le agrade a todos, como sea no hay manera de complacerlos.
— GRE: ¿Qué posibilidades piensas que tienen los escritores cubanos que comienzan su carrera literaria, para publicar sus libros tanto en Cuba como en el exterior?
— MSRC: Bueno, publicar no es fácil… La censura existe, me refiero a un consejo editorial que determina lo que será publicado basándose en criterios meramente literarios, aunque en ocasiones, lamentablemente, no sucede así y es bochornoso que eso ocurra.
Por otro lado, nos guste o no tiene que ser así, pues todo lo que se escribe no resulta al menos “publicable”. Uno escribe algo y cree que es una obra maestra. Resulta que lo dejas “enfriar” y luego uno mismo piensa que es una mierda. Entonces le hace mil correcciones o incluso, lo deshecha. Eso le pasa a cualquier autor medianamente crítico consigo mismo.
Ahora bien, dejando a un lado este asunto, hay otro no menos importante, y es que las editoriales tradicionales no se arriesgan con cualquier desconocido, tiene que ser que noten demasiado talento, que encuentren una gema en medio del lodazal, así sí. Eso pasa no solo en Cuba, pasa en cualquier lugar. Por supuesto que el caso nuestro es de otro mundo, pues no contamos con los recursos económicos y financieros necesarios, la industria editorial cubana está en muy malas condiciones para darse el lujo de publicar a un autor desconocido. Entonces no queda de otra, hay que probar suerte por aquí, por allá. Con un poquito de suerte y de talento se logra atrapar la atención de alguna editorial. Hay que perseverar y no rendirse jamás, por muy escasas que sean las posibilidades.
— GRE: ¿Cuáles escritores consideras que han influido en tu estilo y forma de narrar?
— MSRC: Si es que puede considerarse que tengo un estilo, debo confesar que le debo y he bebido de Amir Valle, de Pedro Juan Gutiérrez, de Jesús David Curbelo, de Alberto Garrido, de Charles Bukowski, entre otros, pero por encima de todos, de Guillermo Vidal Ortiz. Leí por primera vez a El Guille gracias a un amigo, Yunier Tristá. Creo que fue la novela Los cuervos, bueno, la verdad es que no recuerdo si fue esa o el libro de cuentos Donde nadie nos vea, la cosa es que me enamoré al instante de su forma de narrar. Lo nuestro fue “amor a primera lectura”. Por desgracia no le conocí. Al único que tuve el placer de conocer fue a Alberto Garrido, y dudo que me recuerde. Tony Borrego me lo presentó en el Parque Maceo, frente a la sede de la UNEAC, acá en Las Tunas.
— GRE: Por último, en menos de 1 año haz publicado en una treintena de revistas (digitales e impresas), páginas web literarias, antologías, tienes dos libros (con varias ediciones) y un tercer libro en proceso editorial. ¿Qué características debe tener un texto para que un consejo editorial lo seleccione?
— MSRC: Compadre… pienso que debe ser un texto medianamente decente, interesante y estar lo más pulido posible, al menos, a juicio del autor. Sé muy bien que es díficil ver la viga en el ojo propio, pero uno debe tratar de trabajar el texto para dejarlo lo mejor escrito posible. Incluso, es bueno que lo lea alguien más, algún lector beta, pero un lector beta crítico, no uno que te admire demasiado, pues entonces pierde objetividad y le parece buena cualquier mierda que hagas. También puedes dejar el texto quieto en una gaveta y retomarlo pasado un tiempo, así es más fácil ver los puntos débiles, los errores. Saca cuentas, yo estoy puliendo los textos del primer libro que publiqué en vistas de una futura reedición. Uno vuelve sobre algo escrito y está inconforme, lo reescribe una y otra vez, uno llega a obsesionarse con hacerlo cada vez mejor. Eso no es malo, siempre y cuando no le afecte desde el punto de vista emocional. Eso creo.
_ GRE:: Muchísimas gracias por compartir tus experiencias. El público lector merece acceder a tu punto de vista, seguramente ellos se han hecho estas preguntas u otras, vaya usted a saber. ¿Hay algo que quieras decirle a los lectores?
— MSRC: Gracias a ti. Fue un verdadero placer que me permitieras expresarme abiertamente. Gracias, hermano.
A los lectores… Uno escribe en soledad, la creación es un acto de egoísmo puro, pero uno escribe para el público lector, aunque no es posible complacerlos a todos, a ellos me debo. Sin lectores, para qué escribir. A ustedes, gracias por leer.