Literatura
Poesía
julio 2023
Cinco poemas de Rodrigo Zúñiga
El hombre que no fui
Siempre fui malo en el fútbol,
era un jugador menos en la cancha,
digamos, como mirar a la nada en medio de todos,
una grieta en la pared, una ventana abierta,
era ir y venir desde los ojos del vacío
Nunca tuve tacos, nunca uniforme,
aunque anhelaba la 10 más que nada en el mundo,
pero uno no calza lo que desea sino lo que es,
uno no escribe lo que quiere, sino lo que puede,
y mis posibilidades de gol
eran igual a cero
Aun así, soñaba con el gol, con el aplauso,
con el intercambio de camisas de admiración,
esperando el momento indicado
para tocar la gloria al fin,
pero hay que aceptar la realidad,
que por compasión mis amigos me elegían,
por compasión me colocaban adelante,
nada de correr por la banda
o defender al equipo como a una ciudad asediada,
no, era el ataque o, mejor dicho, la espera,
solo esperar el esférico y fusilar
con toda la niñez adentro—
Es poco lo que recuerdo ahora,
excepto que el juego es así,
no importa cuán adelante esté,
pateo al aire todavía y tropiezo
con el hombre que no fui
Del libro Fueron todas las cosas (Valparaíso Ediciones, 2023)
Me extraigo como un diente de su boca
He querido viajar de esta ciudad,
irme lejos
allá donde no puedan perseguirme sus calles
y sus ventanas
no vuelvan a mirarme
Conducir por sus vías
es perderse por los pasillos de un mercado,
sus aceras me recorren como venas
que se asfixian en mí
He querido irme
y que una parte de mí se quede
para entender cómo es que se vive en la ausencia,
que, si bien no existe una ausencia a medias,
llevo solo media existencia conmigo
Es verdad
que la ciudad es un pretexto más grande que yo,
aun así, cabe en el bolso de mano,
como cabe la leve idea en la cabeza de Lot
de cargar una herida llena de sal
La ciudad, les digo, no es lo que parece,
es un ser vivo hipócrita cuya piel
sigue siendo la más fea y sucia
de todas las posibles,
es un gato que me ve por encima del hombro,
una bandada de palomas que no vuelan,
las ratas, los perros
que me aguardan en cada esquina
Porque no hay día que pase
o lugar al que huya,
las fieras del remordimiento
me devoran en medio de todas las calles
Del libro Fueron todas las cosas (Valparaíso Ediciones, 2023)
Herodes da lecciones sobre el amor
También Herodes vio rodar su propia cabeza
Y en sus ojos
aún se podía ver el brillo
no del hacha
sino de Salomé
Y del mismo modo yo la vi,
como luciérnaga derramando iridiscencia
sobre ese jardín violento del hambre
La vi revolotear sobre el tubo y de un giro
sacudió el polvo de mis ojos
y me arrebató la vejez que alguna vez tuve
Salomé no me pedía más
y, sin embargo,
yo también perdí la cabeza
Del libro Fueron todas las cosas (Valparaíso Ediciones, 2023)
el sujeto (viii)
Les cuento, no más para que sepan:
ayer mi sombra me entregó su carta de renuncia,
me informó que se retiraba,
que había pedido asilo político ya en otro lugar,
habló de no estar contenta con las condiciones,
que no tenía nada que ver con su salario,
que tenía miedo, que estaba cansada,
que llevaba años sin dormir
y de cargar mis ataúdes totalmente llenos,
de trabajar horas extras y ser siempre un completo extraño,
de andar arrastrada y desnuda y tener que abotonarse toda,
de guardar mis poemas en sus bolsillos,
sentirse amarrada y no poder escribir los suyos,
que, al igual que a mí, dejo que la pisen,
que el mundo, los autos, la vida, le pasen por encima,
que los malos tratos ya le han pasado factura,
pues la han visto flaca y hasta el alma sin pellejo,
con sus ojeras colgando como ropa recién lavada,
y un ojo le hace falta ya,
porque mis cuervos se lo sacaron por pura diversión,
y tampoco hice nada,
dijo marcharse esta noche y tan solo llevar
unos poemas en los bolsillos,
sí, ya sé lo que me dirán,
ya sabemos que no llegará muy lejos,
siempre regresa
En estos días
no hay quién no quiera el trabajo a cambio de luz
Del libro El otro Damián (EUNED, 2016)
cuando las voces cuentan verdades en lugar de ovejas
escucha llegar la madrugada
como se escucha esa llave del baño descompuesta
que no deja de llorar
La madrugada entra
lo mismo que la mirada por el ojo de la cerradura
Lo ve como una causa perdida,
una alimaña acorralada, a contrapelo del sueño,
a merced de sus garras
Lo sorprende adolorido
esperándola/soñando huir de ella
El llanto lo despierta sin percatarse
El barro del amanecer no lo deja respirar
Se imagina la estática del televisor
aún suspendida en el cuarto,
las voces de fondo
de una multitud en silencio,
el vestigio de unos perros que ladran,
apagándose
conforme se apaga también la oscuridad
Ahí
en esa trinchera, cansado,
bulímico de sueño,
ahora que tarde o temprano es de día
(El deseo es una gotera en la cabeza,
que no se repara y lo inunda todo
El remordimiento es un coyote,
una ciudad que no duerme
El amanecer, un timbre
que no puede retractarse de sonar)
***
Pensalo bien, así es la vida:
No importa cuánto apretés los ojos para dormirte
y te escondás bajo las sábanas,
las manos de la realidad
igual te jalarán los pies
al llegar la madrugada
Del libro El otro Damián (EUNED, 2016)
Rodrigo Zúñiga (Costa Rica, 1982). Psicólogo clínico y poeta. Participó del Círculo de Poetas Costarricenses (2003 a 2004) y fue miembro del Taller Literario Poiesis (2009 al 2014). En el 2013, su poemario Souvenirs y noticias de amor obtuvo el primer lugar en el Certamen Literario Brunca en su XXX Edición en el género de Poesía (UNA). Ha publicado los libros de poesía: Deshojar el reloj (EUNED, 2013), El otro Damián (EUNED, 2016) y Fueron todas las cosas (Valparaíso Ediciones, 2023).