Literatura
Reseña
Junio 2023
Reseña literaria: la literatura en gotario
Guido Schiappacasse
Pareciese ser que los géneros literarios no se pueden contar con los dedos de las manos, así de ingenioso es el escritor que múltiples configuraciones ha dado a su arte, naciendo variopintas formas de expresiones literarias. Pues bien, en un intento de desglosar estos géneros, empecemos nuestra labor por lo más pequeño, vale decir, por los microrrelatos.
Así, un microrrelato es un cuento brevísimo, una narrativa extremadamente corta, cuya gracia está depositada precisamente en su definición, porque en pocos párrafos (o incluso con pocas palabras) es capaz de inducir un sentir estético en el lector. Pero no en cualquiera que ejerza el acto de leer, sino en un lector activo, que aporta su visión a esta minúscula trama, desentraña el significado del mensaje y goza con aquello… Y así mismo, disfruta con la simplicidad de un pequeño conjunto de letras con el poder oculto de decir tanto con tan pocos ingredientes.
Los microcuentos han sido redescubiertos y recién se han desarrollado como tales en el siglo XX. Así, Pedro de Miguel, conocido crítico literario español, nos decía que «este género es fruto de las influencias de las vanguardias y de sus revistas literarias».
Tal vez, este breve arte busca satisfacer el paladar literario del hombre posmoderno, que producto del constante cambio que lo caracteriza, no quiere consumir productos muy elaborados o de larga extensión; ¡no vaya a ser que en el transcurso del tiempo que ocupa en leer una extensa novela, aquella ya haya pasado de moda! Sin duda, prefiere lo breve y de fácil digestión.
Sin embargo, una sorpresa se llevará este hijo de la modernidad líquida o del cambio constante1, porque la asimilación y el entendimiento de tan pocas palabras necesita de la comprensión e ingenio del lector; porque de ser de otra forma, no cabría ninguna dicha en la lectura de estas micro fantasías.
Al respecto, Ana María Shua es una de las mayores representantes de este género en América Latina. Escritora argentina de gran versatilidad en su obra como en sus mini ficciones y autora de arriesgadas apuestas, con libros completamente dedicados a los microrrelatos como «La sueñera», «Temporada de fantasmas» y «Cazadores de letras».
Pues bien, hoy quisiese detenerme en su libro «Todos los universos posibles»2 , compendio ágil, sorprendente y fascinante, que versa sobre las aventuras de los microcuentos, los cuales recopiló en un escribir en forma breve durante un tiempo no muy corto… Al parecer, durante tres décadas.
En esta obra, en cada página disfruto con el ingenio puesto en cada trama, de brevísimas palabras, que, sin embargo, por largo tiempo se quedan en mi mente. Simples, sí, pero que intempestivamente me sorprenden, con virajes que no puedo anticipar y me atrapan sin más remedio, generando en mí la necesidad de seguir leyendo estas miniaventuras. Sin embargo, al llegar a la mitad del libro, siento la urgencia de recapitular e iniciar la lectura de esta obra desde el principio, meditar, reflexionar, entender sus moralejas; y hasta reír de buena gana gracias a estos pequeñísimos relatos.
Por fin he terminado de leer «Todos los universos posibles». Entonces me doy cuenta de que se me está escapando algo transcendental… ¡Universo!, me he acordado de mi hermano, un joven cosmólogo doctorado en una universidad extranjera. Él me ha explicado en más de una ocasión, con vigor y pasión, que los físicos buscan con sus descripciones matemáticas explicar el mayor número de fenómenos utilizando el menor número de variables, inspirados por la navaja de Ockham3 . Vale decir, intentan desenmarañar fórmulas, como si fuesen un ovillo de lana, esforzándose en llegar a sus expresiones más simples posibles, del tamaño de no más de una pulgada, elegantes, sencillas y hermosas.
Pero detengámonos un momento, leamos un cuento brevísimo de Ana María, lo cito a continuación:
«Con una mueca feroz, chorreando sangre y baba, el hombre lobo separa las mandíbulas y desnuda los colmillos amarillos. Un curioso zumbido perfora el aire. El hombre lobo tiene miedo. El dentista también».
Esta trama de nuestra autora, ingeniosa y sorpresiva, expresa muy bien lo que quiero transmitirles. Los físicos buscan expresar los misterios del universo en la forma más simple posible. Quizá, siguiendo con la analogía, Ana María Shua, en sus microrrelatos, indaga con poquísimas palabras, como si fuese una acortada fórmula literaria, en los misterios esenciales del universo vital del hombre… Sin más, me estoy refiriendo al sano humor… Porque solo con un buen talante, un buen humor y una sonrisa sana, el ser humano puede llegar a vivir en plenitud. Y sin duda, un microcuento gracioso y bien escrito, contribuye a regalarle un ingenioso humor a nuestras vidas.
Pero seamos tacaños, reservemos palabras para una próxima entrega, por ahora solo puedo elogiar a nuestra autora del microrrelato y recomendarles plenamente «Todos los universos posibles».
- Modernidad líquida: Zygmunt Bauman (eminente sociólogo y filósofo polaco-británico) rebautiza al fenómeno contemporáneo posmoderno como modernidad líquida, atribuyéndole a esta categoría sociológica el cambio constante y la transitoriedad, atada a factores educativos, culturales y económicos.
- Todos los universos posibles: conjunto de microrrelatos escritos por Ana María Shua, Emecé Editores, Buenos Aires, 2.017. También disponible en formato e-book en Amazon.
- Navaja de Ockham: también conocido como el principio de economía o de parsimonia. Es un principio metodológico y filosófico atribuido al fraile franciscano, filósofo y lógico escolástico Guillermo de Ockham, el cual dice que, en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable. Así, cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene mayor probabilidad de ser la correcta.