Literatura
narrativa
noviembre 2022
Navidad rELF0ltosa
cuento de Jaime Retamales Espinosa
I
Hace unas semanas atrás se vivió un hecho poco común en el bar La Vallenarina, sentados en la barra al frente del televisor se encontraban dos elfos bebiendo cervezas arequipeñas de litro cien, conversando apasionadamente. Lo que llamaba la atención no era la naturaleza de estos seres mitológicos, pues, a ese lugar llegaban todo tipo de criaturas, en repetidas oportunidades. Por ejemplo, el dueño del local sorprendía a clientes intentando irse sin pagar, cuando este los conminaba a hacerlo, afirmaban que elefantes verdes, chupacabras, duendes o vampiros les habían invitado más de una ronda de cervezas. Incluso hacían comentarios, atribuyéndoles cierta fama como bebedores, se dice que los elefantes verdes se ponen pesados cuando se curan, el hombre invisible desaparece cuando hay que pagar, el más borracho es el Drácula y el más generoso es el Diablo, pues invita infinitas rondas, pero cuando los invitados están muy borrachos, les pide en prenda sus almas. Estas criaturas eran selectivas, por ejemplo, a los bebedores rockeros se les unían cerdos rosados como los de Pink Floyd, la bestia de Iron Maiden o el hombre alado de Led Zeppelin. En fin, no debiera sorprender la aparición de unos simples elfos, lo que llamaba la atención es que estos pequeños clientes aparecieran en abril, pues solían hacerlo antes y después de Navidad. Venían antes para botar el estrés provocado por cumplir con la cuota de juguetes y después para celebrar el éxito de la entrega. Los dos vestían la típica ropa de elfos, gruesa y abrigadora que se quitaban a medida que el calor ariqueño y el alcohol calentaba sus pequeños cuerpos hasta quedar con poleras, pantalones cortos, medias largas y zapatos puntiagudos. La baja estatura llevó a una pareja de carabineros de a pie, menos mal que no eran de Fuerzas Especiales, a pedirles identificación, para asegurarse de que no eran menores de edad y que los dueños del bar no estuvieran vendiendo alcohol a adolescentes, cuando se dieron cuenta que eran elfos los dejaron beber tranquilos por miedo a parar la producción de juguetes y no cumplir con el deseo de sus hijos e hijas. Los dos parecían discutir un asunto de extrema importancia pues tenían el gesto descompuesto, se notaban molestos, cosa extraña en estos alegres y trabajólicos seres que se caracterizan por estar siempre sonrientes. El más apasionado era uno de barba y boina a lo Che Guevara, incluso tenía una estrella roja que brillaba con la luz del local, dicen que se llamaba Sigfrido, mientras el otro tenía una figura más delgada y no tenía una barba, decían que se llamaba Manfredo, este último ponía atención mientras Sigfrido vociferaba lo siguiente:
– ¡Ya no aguanto esta situación Manfredo! No soporto más que este viejo de mierda nos explote todo el año y se lleve todo el crédito de nuestro trabajo. ¡Además, se roba nuestra propiedad intelectual apoderándose de todas nuestras invenciones! –
-Tranquilo Sigfrido, solo te quedan trescientos años para jubilarte y después podrás descansar-
– ¿Con qué plata se puede saber? Si ese viejo inventó un sistema de pensiones para quedarse con nuestros ahorros. Tenemos una administradora de pensiones en el Polo Norte ¿Y quién es la dueña? ¡La señora Claus! Esa desgraciada ha invertido nuestro dinero comprando iglús para arrendárselos ¿A quién? ¡A nosotros! Para qué vamos a hablar del sistema de salud ¿Te has revisado los niveles de azúcar o colesterol? Yo tengo miedo de hacerlo con todo el dulce que comemos, galletas, chocolates, bastones de azúcar que nos da el viejo de mierda para que trabajemos sin parar ¿Y de quien es la compañía de seguro de salud? ¡De la vieja! ¿No te parece demasiado abuso Manfredo? –
-De repente tienes razón Sigfrido-
– ¡Abre los ojos Manfredo! ¿Cuándo has visto al viejo sobrio? –
-Pues la verdad ¡Nunca! –
-Todos los días llega borracho, pasado a Aguardiente mezclado con leche y chocolate. No entiendo como los humanos no han relacionado sus mejillas hinchadas y nariz roja con sus problemas de alcoholismo. Su halito etílico es una tortura, cuando me llama para darme instrucciones, me tapo la nariz y solo espero que pase rápido el tiempo para no seguir soportando su nauseabundo y avinagrado hedor. La gente confunde su adicción a una tradición, creen que al viejo le gusta el color rojo y blanco en su ropa sin darse cuenta que no se ha cambiado en años, usa la ropa hasta que se deshace, después va a la tienda de ropa usada de la feria del domingo a comprarse uno de esos trajes que vende la señora Berta Quispe, no se ha afeitado por cochino y no ha cambiado el trineo por tacaño, pudiendo comprarse un helicóptero, un jet privado o algo así –
-Sigfrido, todos sabemos que el viejo ha usufructuado de una celebración que no le pertenece beneficiándose económicamente. Si tuviera un poco de la humildad del verdadero festejado, no pasarían estas cosas, pero es difícil que hagamos algo. Tú sabes que le gusta su estilo de vida y mantener el poder. Es difícil obligarlo a terminar con sus lujos como el licor caro, el chocolate fino o los cigarros elegantes, le gusta la fiesta. Además, tiene su lado bueno, recuerda que da trabajo a miles de elfos –
-Perdóname Manfredo, pero no me puedo permitir ablandar la figura abyecta y nefasta de este falso ídolo ¿No te acuerdas de los abusos sexuales? –
– ¿De qué hablas Sigfrido? –
-No te hagas el tonto Manfredo ¿Eres ciego o sordo? ¿Nunca has visto llorando a las elfas más jóvenes en los pasillos y baños de empleados? No ha habido ninguna elfa que no haya sido acosada o abusada por ese pervertido. Si no fuera porque al viejo no le funciona el pirulí, tendríamos el pueblo lleno de elfitos con cara de Santa Claus corriendo por allí ¿Y la señora? A esa vieja le importa la plata solamente, lleva tantos años con el mismo vejete que esta aburrida del panzón. Con tal de conservar sus privilegios no le importa tener un papel secundario en esta farsa. Además, todos sabemos que de vez en cuando se lleva uno que otro elfo a hornear galletas y preparar chocolates. Si salen ricos es porque un elfo le “ayudó” o la “atendió” ese día ¿Sabes por qué los humanos nunca han nombrado una comisión investigadora de este tipo de delitos? –
-No sé Sigfrido-
– ¡No seas inocente Manfredo! Ya no eres un mozalbete que no sabe limpiarse los mocos, despierta de una vez. Los humanos son unos corruptos, el viejo se los ha coimeando a todos dándoles regalitos en diciembre, los obsequios más lujosos son para empresarios poderosos. En segundo lugar, a los políticos que trabajan para esos empresarios y tercero a los medios de comunicación que pertenecen a esos empresarios. Obviamente a ninguno le importa la situación de los elfos, pues no quieren dejar de recibir su jugosa tajada en este gran pastel navideño. Hacen la vista gorda, como que no existimos. No les importa que trabajemos los 365 días del año, con jornadas extenuantes, fabricando millones de juguetes. Apenas tenemos tiempo para la familia o la diversión. Vivimos en iglús pequeños donde apenas caen tres elfos, mientras los pascueros viven en una cómoda casa de madera calentita y grande. Los humanos creen que nuestra baja estatura es producto de nuestra raza, pero no saben o no quieren darse cuenta que es por la mala alimentación y la explotación laboral ¡Estamos condenados a trabajar desde que somos niños y nadie dice las cosas por su nombre! –
– ¿A qué te refieres Sigfrido? –
– ¡A que somos un pueblo oprimido por una Dictadura! La vieja y el viejo son unos tiranos de baja estofa, calaña y ralea. Son unas escorias putrefactas enfermas de poder que se aprovechan de nuestra inercia ¡Basta ya! Llegó la hora de devolverle la dignidad a los elfos derrotando al totalitarismo de los pascueros-
– ¿Qué vas a hacer Sigfrido? –
-Voy a iniciar una revolución y quiero que me ayudes-
-No sé, tengo miedo-
– ¿De qué? Peor no podemos estar-
– Nunca se ha hecho algo así –
– ¿Acaso no te acuerdas del día de las brujas? –
– ¿Qué es eso? –
– ¡Exacto! Ahora todos dicen Halloween. Agapito, el zombi, me contó que, durante siglos, las brujas y los vampiros monopolizaron esta festividad. Ellos tenían un pacto para gobernar sin contrapeso el sindicato de monstruos y alimañas. Manejaban las elecciones para dividirse los periodos entre Transilvania y Salem, se autodenominaron el duopolio, se repartían los cargos y solo vampiros o brujas gobernaban. Aprobaron leyes que perjudicaban a otras criaturas como la ley del cerebro, que limitaba la dieta de los zombis, cuando un humano caía en garras de los muertos vivientes los vampiros tenían derecho a chupar su sangre, las brujas usaban el resto del cuerpo humano para sus pócimas y solo les dejaban el cerebro a los zombis. Los pobres no podían comerse ni un culito o una pancita porque era ilegal. La ley de la ropa era otro ejemplo de injusticia, esta vez, contra los fantasmas, ellos no podían renovar su vestuario porque los sastres y modistas se debían preocupar solo de los vampiros y brujas. Por eso, los fantasmas siempre asustaban con los andrajos que tenían cuando los enterraron y una sábana con hoyos si habían muerto en pelotas. La ley de la luna era una estúpida regla que obligaba a los hombres lobos a transformarse solo en luna llena, cuando no había, se cagaban de hambre. Pero, la más injusta fue la del Día de la bruja. Antes, las personas solo se disfrazaban de brujas o vampiros, ignorando a las otras criaturas de la noche. Esto quería decir que todas las regalías por la propiedad intelectual se iban a los bolsillos de los vampiros o brujas. Los demás solo recibían migajas. Agapito, nos contó que durante mucho tiempo se sintieron como que estaban durmiendo, que solo deambulaban por la vida sin sentido. Hasta que despertaron y decidieron unirse a otras criaturas sobrenaturales, derrocaron a los opresores, eligieron líderes justos y democráticos. Por eso, ahora la celebración en más diversa ¡Eso tenemos que hacer Manfredo! –
-Tienes razón! Me convenciste ¿Qué dijiste que vamos a hacer? –
– ¡Una revolución! La llamaré “La Primavera de los Elfos”. Primero, crearemos un sindicato para elaborar un pliego de peticiones que llevaremos a los viejos. Si lo rechazan, iniciaremos la huelga con protestas, marchas y tomas. Si no nos hacen caso radicalizaremos la protesta. Por último, acentuaremos las contradicciones e iniciaremos una revuelta para derrocar a los tiranos y llamar a elecciones democráticas donde elegiremos a un elfo para reemplazar al viejo pascuero. Emitiremos un comunicado de prensa dirigido a los humanos donde daremos a conocer que los regalos no los repartirá más el viejo para que dejen de vender porquerías con su obesa figura y no filmen más películas donde sea el personaje más importante ¡He dicho! –
– ¡Bravo! ¡Los elfos unidos jamás serán vencidos! ¡Él que no salta es Santa Claus, él que no salta es Santa Claus! ¡Señora Claus la olla está vacía! ¡vieja de mierda la olla esta pelada! ¿Y qué hacemos ahora Sigfrido? –
-Ahora, iremos a organizar el sindicato, presentar el pliego de peticiones y volveremos a este bar a conversar con las bases-
II
Como todo ariqueño sabe, en septiembre se da el puntapié inicial a la época de fiestas, feriados y celebraciones. Además, es cuando el sol empieza a calentar más, invitando a la primavera a quedarse tres meses, aunque, algunos contribuyentes aseguren que la estación, realmente, nunca se va de la ciudad, que la primavera es eterna y nunca hace frío. Escépticos citadinos te invitarán a darte un baño en el mes de julio en las gélidas aguas de la playa El Laucho para confirmar que tal tesis es falsa. Las fiestas patrias no podrían llamarse de mejor manera, pues no es solo un día, como en otros países del mundo, son más, corresponden a los días 18 y 19 que, dependiendo del bolsillo, pueden ser más. En este mes, se acentúa la relación extramarital con la parrilla, el resto del año son solo flirteos fugaces centrados en partidos de fútbol. Como el dulce perfume del o la amante, el fragante olor a carbón despierta desenfrenados sentimientos y recuerdos ocultos en el lugar más recóndito de nuestra alma. Es allí, donde nos damos cuenta que la parrilla no está solo para asar carne, sino sería un simple horno. Para sellar este pacto de amor eterno, se necesitan cómplices como los chunchules, pollos, carne de vacuno, chorizos y carne de cordero. Estas joyas no se obtienen fácilmente, pues, los aguinaldos los pagan tarde y el precio sube porque la demanda aumenta a medida que se acerca la fiesta. Probablemente, el principal obstáculo son los miles de audaces consumidores que abandonan sus cómodas casas para embarcarse en la travesía de navegar por el mar de personas que se baten a duelo por las mejores carnes como las prietas, longanizas, chorizos, pollos y pulpa de chancho. Famosos son los encarnizados enfrentamientos que se dan por obtener las mejores empanadas de pino. En época pretéritas cuando no existían los grandes supermercados, las tarjetas de crédito, débito o cheques, cuando el aire era más puro y los seres humanos que habitaban esta ciudad corrían libres por las limpias arenas de las playas, las empanadas de carne se preparaban en casa, entre todos los integrantes de la familia, quienes gozaban horneándolas en tiempos donde el celular no existía aún. La fiebre del 18, como algunos le llamaban, se debía a diferentes razones, la primera era histórica, todos saben que es la fecha de la independencia. La segunda es climática, pues, el frío, los días nublados y oscuros entristece el alma de las personas más rudas, incluidos los reparadores de llantas. Todo cambia, cuando los primeros días de septiembre comienzan a cantar los pajaritos, los rayos del sol empiezan a calentar los corazones y los días nublados empiezan a retroceder hasta el próximo año. De la depresión pasamos a la alegría. Incluso, se ven a los choferes de pompas fúnebres poner cumbias y salsas. Esa felicidad se contrapone con otros sentimientos negativos, como nerviosismo, impaciencia, paroxismo, enojo, impotencia junto con lo peor que la especie humana puede engendrar como actos de prepotencia, despotismo, exasperación, entre otras pasiones. Esto último se debe a la tardanza del famoso aguinaldo, pagado incluso el mismo 17, pues a la gente normal no le alcanza con el sueldo, por eso espera con ansias este dinero extra. Excepto los afortunados o privilegiados ciudadanos que no dependen del aguinaldo y ya llenaron sus refrigeradores con ricos filetes de lomo. Los demás deben unirse a esta delirante jornada, por eso, cuando se termina, es bueno tomarse un respiro antes de volver a sus viviendas victoriosos, como pasar a servirse una cerveza helada. No faltan los que pasan de un vaso a perder el conocimiento recobrando la conciencia el 19. Por supuesto, el Vallenarina era el mejor lugar para pasar a tomarse una cerveza al paso. Por eso, los dueños habían adornado el lugar con banderas y guirnaldas tricolores. El local estaba lleno de alegres vociferantes cargados con bolsas repletas de lo necesario para un buen asado dieciochero, su algarabía representaba la misión cumplida y no cargar con esa enorme responsabilidad. Además de tomar fan shops, algunos clientes que pululaban por el bar optaban por un trago más patriótico como la chicha, ignorada el resto del año, le rendían reverencia en estas semanas para después relegarla al olvido más vil. El único punto discordante con el festivo paisaje era una mesa ocupada por tres elfas y tres elfos que por sus semblantes no estaban para fiestas. La mesa estaba llena de cervezas cuzqueñas y arequipeñas de litro cien recién servidas, escuchándose la siguiente conversación.
-Compañeros y compañeras estamos hoy reunidos para decidir qué acciones vamos a tomar después de haber recibido la respuesta de la gerencia Claus a nuestro pliego de peticiones. Primero, pasaré lista para saber si se encuentran todos los miembros del sindicato único de trabajadores jugueteros del polo norte ¡Artemisa, vicepresidenta del sindicato! –
-Presente –
– ¡Manfredo, secretario del sindicato! –
– ¡Presente! –
– ¡Perséfone, tesorera del sindicato! –
– ¡Presente! –
– ¡Fafner, representante del sindicato en la gerencia-
– ¡Presente! –
– ¡Niniel, encargada de propaganda! –
– ¡Presente! –
– ¡Sigfrido, presidente del sindicato, o sea, yo! –
– ¡Presente! –
– ¿Por qué tiene que pasar lista si es obvio que estamos los seis? –
-Es parte de la formalidad Niniel-
– ¿Y por qué siempre nos juntamos aquí? –
-Primero, es un lugar donde no vendrán los pascueros a espiar porque los dueños están con la competencia-
– ¿Con los reyes magos? –
-Exactamente, Artemisa-
-Perdón, pero esa no es competencia. No creo que haya, porque el viejo construyó un verdadero monopolio y no tiene contrapeso ¿Cuántas películas, canciones o libros se escriben acerca de la competencia? ¡Ninguno! –
– Es cierto, por eso creemos que nadie vendrá Perséfone. Tenemos que empezar luego esta reunión así que le pediré a Manfredo que nos lea el documento sobre la reunión con la conclusión para decidir las acciones a seguir-
-Es la primera vez que redacto un documento así, espero que les guste, empieza así:
“El día 8 de septiembre del año en curso el sindicato se presentó en la residencia de los Claus en una reunión concertada anteriormente. Se encontraban el matrimonio junto con la dirigencia del sindicato único, fuimos recibidos con cordialidad, tenían una mesa llena de galletas, chocolate caliente, alcohol y panettone. El diálogo se llevó a cabo de la siguiente forma:
Santa Claus – ¡Hola elfitos y elfitas! Qué alegría verlos. Qué bueno que vengan a vernos. Mi vieja estuvo horneando galletitas y pan toda la noche. Yo preparé este traguito para que después nos pongamos a bailar ¡Ho, Ho, Ho! ¿Cómo están elfitas? ¡Tengo grabados unos lentos antiguos para que bailemos apretaditos, Ho, Ho, Ho! –
Señora Claus – ¡Hola mis niños y niñas! Miren les cociné unos pasteles esponjosos para ustedes. Elfitos que bueno que vinieron porque necesito unos favorcitos, tengo un problema en mi pieza, quiero que el elfito más fuerte y guapo me ayude a arreglarlo ¿Quién viene conmigo? –
Sigfrido -Señores Claus nosotros hemos concertado esta reunión por motivos netamente laborales. Por el momento respetuosamente rechazamos la comida hasta terminar esta reunión-
Santa – ¡Ho, ho, ho! Qué bromistas son ustedes. ¡No necesitan seguir fingiendo, vamos a comer y después a bailar! –
Señora Claus – No se olviden de los arreglos en mi pieza-
Sigfrido -No estamos bromeando. Debo anunciarles la creación de nuestro sindicato único de trabajadores de juguetes del Polo Norte –
Santa – ¡Qué! ¿Me están hueveando? –
Sigfrido – Les presento a Artemisa, vicepresidenta del sindicato. Manfredo, secretario del sindicato. Perséfone, tesorera del sindicato. Fafner, representante del sindicato en la gerencia. Niniel, encargada de propaganda y yo, presidente del sindicato-
Señora Claus – Uuuuuuuunnnn sindicaaaaato. Que bien. Me gusta que se organicen mis elfitos. Ahora si necesito un favor de uno de ustedes, hablo con Sigfrido y no tendré que ir hasta la ruidosa fábrica de juguetes. De repente le pido a las golfas, perdón elfas que vengan a cocinarme-
Santa – ¡Ho, ho, ho! Es cierto viejita, soy muy mal pensado. Si necesito un masaje u otra fiestita llamaré a Niniel –
Sigfrido – Hace dos días se llevó a cabo la elección con cien por ciento de participación donde se eligieron a los dirigentes que estamos frente a ustedes. Se presentaron tres listas: Lista A: Elfos al poder. Lista B: revolución y organización verde. Lista C: Elfos combativos. Resultando ganadora la lista C. Ayer se aprobó el pliego de peticiones que leeremos en partes a ustedes. Ahora la vicepresidenta tomará la palabra-
Artemisa – ¡Gracias! A continuación, leeré las primeras demandas, exigimos la reducción de nuestro horario de 20 horas a 8. Pedimos vacaciones de ninguna a cuatro semanas después de las navidades. Necesitamos una hora de almuerzo al día, permiso para ir al baño, dos días de descanso el fin de semana, tres turnos y que podamos elegir el turno que mejor se nos acomode. Queremos traer nuestro almuerzo y no comprarlo a la señora Pascuera. Ahora es el turno de nuestra tesorera, Perséfone-
Perséfone – Demandamos un salario digno, exigimos un sueldo mínimo, con reajustes por años de servicio, bono de producción, aguinaldos, seguro de cesantía, pago de horas extras, canasta familiar y un bono por hijo. Ahora, les dejo a Niniel –
Niniel – ¡Gracias compañera! Exigimos que se dejen de atropellar los derechos a los elfos, no más acoso laboral, sexual o de otra índole que mancille la dignidad de los elfos. Demandamos que se termine la práctica de traer elfos y elfas a esta residencia sin nuestro consentimiento. Exigimos un seguro de salud y jubilación justo. Ahora le toca el turno a Fafner –
Fafner – ¡Gracias compañera! Demandamos que estas peticiones se cumplan para eso he sido elegido. Seré la persona que trabajara con ustedes para concretarlas. Necesitamos tener fuero sindical para concentrarnos en nuestra labor dirigencial. Ahora nuestro secretario Manfredo tomará la palabra-
Manfredo – ¡Gracias compañero! Mi trabajo ha sido redactar el pliego de peticiones y los acuerdos que tomaremos desde aquí en adelante. Les traje una copia del pliego de peticiones y necesito que lo firmen –
Sigfrido – ¡Gracias compañeros y compañeras! Por último, les exigimos compartir la imagen del símbolo de Navidad. Recordemos que ustedes han usurpado esta fiesta al verdadero festejado y nosotros hacemos toda la pega, por lo tanto, queremos anunciar por medio de las redes sociales y medios de comunicación la aparición del Elfo de Navidad que manejará el trineo repartiendo juguetes cada dos años. Este es nuestro pliego de peticiones y esperamos firmarlo con ustedes en este momento –
Señora – ¿Es una broma? No puedo creer que ustedes queridos elfitos muerdan la mano de quien les da de comer. Ustedes no eran nada hasta que llegamos nosotros, nadie los conocía, comían el musgo de los bosques inundados de nieve, vivían en agujeros en los árboles, vestían andrajos y nosotros los civilizamos, les enseñamos a construir juguetes ¿Y nos traicionan así? ¿A dónde van a ir si los despedimos? No hay nadie que tenga la popularidad ni el prestigio nuestro. Vamos a defender todo lo que hemos logrado, esto nos pertenece y no estoy dispuesta a perderlo. Elfos de porquería ¿Qué te parece esta puñalada en la espalda viejo? –
Santa – ¡Ho, ho, ho! Me hacen reír si creen que les voy a firmar. Aquí hay un solo Santa Claus, ese soy yo. El mundo no necesita de un insulso elfo ¿Qué se han creído? Yo no voy a aceptar jamás que un grupito de enanos infames me venga a reemplazar ¡Son unos hijos de la gran elfa! Aquí nadie viene a exigir o demandar nada. Yo soy el que manda y les he dado demasiados derechos. Cuando los conocí ni siquiera sabían limpiarse el trasero. Deberían agradecerme por haberlos sacado de la mierda en que vivían. Y ahora se me van cagando de aquí antes que llame a los renos para que los echen a cuerno limpio ¡Y métanse el pliego de peticiones en el culo! “.
Manfredo – Ese fue el resumen de la conversación entre la gerencia y el sindicato donde el matrimonio Claus rechazó el pliego de peticiones –
Sigfredo -Ahora debemos votar si aprobamos la huelga o no. Levanten la mano quienes estén a favor –
Todos levantaron la mano.
Sigfrido – Entonces queda aprobada la huelga y movilización –
III
La huelga de los elfos se había transformado en un asunto de interés mundial. La Navidad estaba en peligro y el culpable no era el Grinch, Jack Skellington u otro demoníaco ser sin espíritu navideño. Había que salvarla como en los mejores cuentos o películas de este género. La histeria se empezaba a apoderar de los habitantes del planeta, algunos estaban con los pobrecitos elfos otros con el matrimonio Claus. Sin embargo, después que las dirigencias del sindicato único de elfos leyeran una carta a todo el mundo a través de las redes sociales, empezaba a aparecer un sentimiento anti Claus apoyando a los pequeños habitantes del Polo Norte. La ONU convocó a una reunión de todos los países que celebran la Navidad para nombrar integrantes y crear una comisión investigadora que se dedicara a confirmar las graves acusaciones de los elfos contra el matrimonio Pascuero. Entonces, Santa contraatacó mostrando la violencia radical de los elfos, en unos videos se les veía protestando, marchando en medio de la nieve, gritando en contra de los jefes. Después llegaban los renos a vigilar el orden público que se rompía cuando los elfos les arrojaban bolas de nieve, chocolate caliente y galletas de jengibre. Entonces, los renos entraban en acción reprimiendo la protesta a punta de cuernazos repartidos a diestra y siniestra. Rodolfo era uno de los más violentos pues usaba su nariz colorada para quemar el trasero de las elfitas y elfitos. El video fue enviado a las redes sociales dividiendo a la opinión pública, algunos apoyaban las demandas de los elfos diciendo que sus demandas eran justas y les daban un like. Por otro lado, estaban quienes apoyaban a Santa, diciendo que las huelgas eran ilegales, violentas y una medida de presión típica de la izquierda internacional, poniendo un emoji de una mierda enojada. Los elfos no se quedaron atrás y subieron un video a las redes que convenció a una gran cantidad de escépticos. El video mostraba la aldea de los elfos sin supermercados, tiendas de ropas, malls, bares, bancos, y los bolsillos de los elfos sin dinero, sin mercado ni consumidores por culpa de los Claus.
El 9 de octubre el sindicato de elfos se encontraba en La Vallenarina revisaban el estado de la protesta y analizaban el próximo paso del movimiento social. A diferencia de otras ocasiones, vestían ropas completamente diferentes al típico atuendo de elfos. El color negro y los colores militarizados prevalecían, parecían que iban a un combate o una revolución. El dueño les había servido cervezas y un plato de aceitunas que compartían entre todos. Los semblantes eran serios, extraño para unos seres tan alegres, denotaban preocupación y tensión.
Sigfrido – Compañeros y compañeras creo que hemos agotado la última instancia de conversación con los Claus y solo nos toca recurrir al último paso. Antes de seguir, le daré la palabra a Manfredo para realizar un resumen de los últimos acontecimientos –
Manfredo – Apenas iniciada la huelga por nuestras justas demandas sociales, el matrimonio Claus inició una campaña para desprestigiar al movimiento, recurriendo a prácticas antisindicales como la contratación de hombres de nieve para reemplazar a los huelguistas y del Grinch como gerente general. Sin embargo, el plan fracasó debido a que los hombres de nieve sudaron la gota gorda hasta derretirse. El Grinch decidió contratar a abominables hombres y mujeres de las nieves, pero eran tan grandes y malhumorados que terminaban destruyendo los juguetes recortando la producción siendo despedidos. Los Pascueros intentaron acabar con la huelga declarando estado de sitio y sacando a los renos a la calle. Estos fueron apoyados por alces contratados como mercenarios, quienes golpearon a algunos dirigentes como mi persona y nuestro compañero Fafner. Ante la insistencia de las protestas, el señor pascuero inició una estrategia para que la protesta se desgastara y los Elfos volvieran a trabajar. Actualmente, las conversaciones están en un punto muerto y nosotros seguimos movilizados –
Sigfrido – ¡Gracias compañero! Ahora les doy la palabra para que me den su opinión o propuesta –
Niniel – Esta es la gota que colmó el vaso de chocolate. Basta de más abusos, los Claus nos tienen para el combo y la patada. Nos columpian cuando se les paran sus gordos traseros. No solo se trata de los abusos laborales, sino que también del acoso sexual ¡Esto se tiene que acabar! –
Perséfone – ¡Bravo compañera! Propongo dejar la cagada. Derretir la nieve, echarle ají picante a las galletas y sal al chocolate –
Niniel -Prefiero acciones más combativas-
Perséfone – ¿Te refieres a echarle ají en el poto a los Claus? –
Niniel – ¡Buena idea! Pero, no, me refiero a cancelar la Navidad y pedir la destitución de los Claus –
Fafner: – ¿No será una propuesta muy radical? De repente, podemos dialogar con los pascueros y trabajar media jornada –
Manfredo – No seas timorato Fafner ¿Quieres seguir siendo un pusilánime? ¿Te gusta que te exploten y que la vieja te obligue a limpiarle las ventanas? –
Sigfrido – ¿Qué les parece que votemos la propuesta de la compañera Niniel? –
Todos los elfos votaron a favor de cancelar la Navidad.
Sigfrido – Mañana se enviará un comunicado de prensa para anunciar esta medida de fuerza a toda la opinión mundial –
La prensa mundial explotó con la noticia “La navidad estaba en peligro” si no se cumplían las justas demandas de los elfos. Al principio, la opinión pública estuvo dividida entre quienes estaban a favor de las demandas y otros en contra. Sin embargo, todos coincidían en que se debía llevar a cabo la Navidad. Empezaron a aparecer las encuestas, para sorpresa de los más escépticos, el apoyo a los elfos era abrumador, se empezó a mostrar adhesión a la causa elfa, miles de personas compraron sombreros verdes para manifestarse, las redes sociales ardían con mensajes llamando a la comunidad internacional a interceder. Los líderes mundiales y políticos sintieron el llamado a cambiar y tratar de ser personas más humildes y sencillas. Podrían dejar sus ambiciones de lado, rechazar sobornos y legislar a favor del pueblo. Sin embargo, aparecieron los grandes empresarios que les recordaron los favores que les debían. Es cierto que la familia Claus regala una gran cantidad de juguetes, pero una parte importante del negocio era de las grandes compañías porque había un acuerdo secreto que solo permitía a los Claus regalar un juguete y las grandes tiendas los demás. Sin contar el dinero que le pagaban a Santa Claus por el uso de imagen, derechos intelectuales y propaganda. Era un mal negocio cancelarla, por lo tanto, amenazaron a los políticos a presionar a los Claus o les quitarían sus aportes. No les costaba reemplazar a los viejos por otros como el conejo de los huevitos, el ratón de los dientes, los personajes del día de las brujas, incluso Condorito. Este oscuro escenario llevó a la comunidad internacional a tomar decisiones agresivas. Entonces se tomó una radical, llamar a los Claus y obligarle a dejar sus privilegios monárquicos, renunciar a su cargo y llamar a elecciones democráticas. La ONU tenía lista una brigada de combate para invadir el Polo Norte o Winter Wonderland que usarían como medida de presión. Eligieron al comandante más importante de la OTAN para llamar a los viejos pascueros. El militar, conocido por su dureza y frío trato, llamó al Polo Norte.
-Ho, ho, ho ¿Quién es? – Preguntó la señora Claus.
– ¡Soy el General Zarajo! ¿Con quién hablo? –
-Soy la señora Claus ¿Qué desea cabo? –
-Repito ¡Soy el General en jefe de la OTAN! – Dijo con disgusto.
– ¿La OTAN? ¿Qué es eso? ¿Un banco o una bebida? ¿El nombre de un buscador virtual o de una red social? –
– Es la Organización del Tratado Atlántico y somos la fuerza militar más grande del mundo, tenemos millones de soldados, tanques, barcos, aviones y bombas nucleares-
– ¿Hizo su lista para esta Navidad? –
-No, pero casi la termino-
– ¿No quiere recibir su regalo? –
– ¡Si, pero me falta tiempo! ¡Entre invasiones, bombardeos, fusilamientos y golpes de estado se me van los minutos! –
– Dígame los regalos que tiene en mente, yo los anoto y se los mandamos a casa-
– Quiero una bicicleta nueva, un trencito de plástico, un celular nuevo y una suscripción al canal del fútbol-
-Perfecto! Mi esposo se los llevará. Eso sí, en vez de leche, déjele un buen ron cubano en la chimenea-
– ¡Gracias! –
-De nada. Chaooooo-
– ¡Chaoooo! –
El general Zarajo fue despedido al día siguiente, su lugar lo ocupó el general Van del Choclo. Quien inmediatamente tomó el teléfono y llamó al Polo Norte.
-Ho, ho, ho ¿Con quién hablo? –
-Soy el general Van del Choclo, pertenezco al ejército más poderoso del mundo, la OTAN ¿Hablo con el señor Claus? –
– ¿Y cómo te has portado? –
– ¿Yo? –
– Si, Van del Choclito ¿Has hecho buenas obras este año? –
-Creo que sí-
– ¿Seguro? Recuerda que yo sé todo ¿No hay un país por ahí que invadiste o bombitas que tiraste por ahí? –
– Solo cuatro-
– ¡Parece que este niñito no tendrá su nueva tabla de surf o la moto que pidió! –
– ¡No viejito! ¿Qué tengo que hacer? –
– ¡Ándate rápidamente a realizar una obra buena por día hasta Navidad! –
– ¡Gracias Santa Claus! –
El general Van del Choclo fue removido inmediatamente de su puesto. De todas maneras, renunció para ir a realizar buenas obras. Los presidentes otra vez se reunieron en la ONU para elegir a un nuevo enviado, pero no podían seguir perdiendo tiempo. Necesitaban a alguien con carácter e imposible de manipular. Individualista y egoísta. Alguien que quisiera ser escuchado, pero no escuchar a los demás ¿Dónde podrían encontrar a alguien tan detestable e impopular? ¿Poderoso pero rechazado por los demás? ¿Con un sueldo tan alto que sería difícil ofrecerle algo mejor? ¿Qué menospreciara al pueblo? ¡Yo tengo la respuesta! dijo el locuaz presidente de Estados Unidos y continuó -Debe ser un político del país latinoamericano que está en el extremo sur- Todos estuvieron de acuerdo y le pidieron al presidente de ese que nombrara a uno de sus políticos. José Francisco Larraín Edward contestó molesto que los políticos chilenos son los más honestos, honorables y amados por el pueblo chileno ¡Es un oasis! ¡Mi país es un modelo de justicia, igualdad y felicidad! – Terminó diciendo y salió molesto de la sala de reuniones. Algunos trabajadores lo vieron llamando a alguien en voz baja. Dentro de la sala no sabían qué hacer. De pronto apareció José Francisco Larraín Edwards y preguntó – ¿Cuánto van a pagar para hacer el trabajo? Los políticos de mi país son gente ocupada que trabajan sin descanso para aprobar leyes que ayuden a nuestro querido pueblo, necesitan un gran incentivo para dejar su esforzada labor. Además, nuestro pueblo no está acostumbrado a ver a sus amados políticos dejar las cámaras de senadores y diputados para recibir dineros de dudosa procedencia- El presidente de la ONU y los estados miembros acordaron pagar lo que sea con tal de solucionar el problema. De pronto, el presidente miró su costoso celular cubierto con una carcasa de oro con sus iniciales y actuó una cara de asombro.
-Mi pueblo me ha pedido que yo sea quien hable con Santa. No quieren que los diputados y senadores dejen de lado su hermosa labor en ayuda de los más necesitados. Ellos no quisieron romper el voto que le hicieron a nuestro gran país, ellos están entregados a mejorar las condiciones de vida de nuestros ciudadanos. Por eso, me he sacrificado y les aseguro que será un diálogo entre grandes líderes que se respetan y comparten valores democráticos y de mercado. Perdón, quise decir amor-
Al día siguiente Santa realizó una cadena de prensa donde anunciaba su dimisión y el llamado a elecciones para después de la Navidad. Además, mandó a los renos y otras fuerzas represoras a sus cuarteles para acabar con la represión. Probablemente, sería el último viaje de Santa, seguramente el próximo año veríamos a un elfo repartiendo juguetes. Los elfos estaban eufóricos de alegría, la esperanza de una vida mejor y más justa estaba muy cerca. Podrían elegir a uno de los suyos que gobernaría con justicia e igualdad. Dejaron la huelga y se dedicaron a trabajar pensando en que sería la última Navidad con el corrupto Santa.
IV
Junio del año siguiente. Eran las tres de la tarde del seis de ese mes en Arica y los ariqueños se apresuraban a comprar comida y alcohol porque al día siguiente, se celebraría el único feriado que se celebra solo en esa ciudad, el siete de junio. En esta fecha se celebra la batalla del morro. La alegría de los transeúntes se contrastaba con la amargura de dos Elfos que bebían sin parar en una de las mesas del bar que siempre visitaban. Sus rostros fúnebres no pasaron desapercibidos para los parroquianos de otras mesas, incluso, les compraron unas cervezas de litro y medio para quitar la pena.
-Nos cagaron Sigfrido-
-Caímos como unos inocentes marsupiales-
De pronto, uno de los clientes conmovido por la escena se acercó para solidarizar con ellos. Era un hombre blanco de unos cincuenta años, pelo claro, pronunciada panza cervecera, de tamaño normal para un ser humano y les preguntó.
– ¿Puedo sentarme con ustedes? – Los dos elfos asintieron con sus cabezas.
-Mi nombre es Pepe. Hace rato los veo llorar, maldecir y llorar. Me preguntaba qué tragedia podría afectar a dos valientes elfos. Yo creo que todo el mundo vio la tenaz lucha que dieron por obtener sus derechos y conquistar la tan ansiada democracia –
Sigfrido – ¡Democracia! Puras mentiras-
Pepe -Pero, ¿Acaso no tuvieron una elección legítima? –
Manfredo- ¡Y ganó la Vieja! –
Pepe – ¿Y cuál es el problema? Ese es el riesgo de las elecciones, a veces sabemos que quieren los electores y otras no –
Sigfrido -Es una historia larga de contar ¿No sé si quieres oírla? –
Pepe – ¡Tres cervezas por favor! ¡Un paquete de maní y un cuarto de aceitunas! Cuenta todo-
Sigfrido -Después del anuncio de la renuncia del Viejo Pascuero y la llamada a las elecciones democráticas terminamos con la huelga y nos fuimos a trabajar. Pero, decidimos tener una reunión con los Claus, pues no confiábamos en ellos. Queríamos aclarar que haríamos después de la Navidad, como sería el proceso democrático y todo lo demás. Reconocimos que ni uno ni otro bando sabía mucho del asunto, siempre habíamos vivido en esta monarquía o tiranía. El viejo Claus propuso que fuera alguien externo que nos ayudara. Reconocimos que tenía razón, repito, no confiábamos en él. Estábamos sentados en una mesa de la nueva sala de conferencias de la fábrica de juguetes intentando llegar a acuerdos, cuando Santa Claus notó algo en el piso. De pronto se paró y tomó algo, era una foto del presidente. Dijo “Este desgraciado dejó su foto, la voy a quemar al tiro”. En ese momento se nos alumbró el IPhone. Inocentemente pensamos “Si es malo para él, es bueno para nosotros”. Era la persona ideal. El presidente chileno forzó al viejo Pascuero a renunciar y llamar a elecciones democráticas. Pensamos que sería el nombre ideal y le dijimos al viejo que no aceptaríamos otro nombre que el de Juan Francisco Larraín Edward. El viejo montó en cólera y nos amenazó con retirarse de las negociaciones. Le recordamos su delicada situación y que se podría quedar sin nada. Aceptó a regañadientes y llamó al presidente. Al otro día llegó en un gran helicóptero donde traía muchos familiares suyos. Nos dijo que la costumbre de su país era trabajar en familia, porque hay más confianza y eso es lo que requiere este proceso. Nos dio discursos bonitos que no decían nada, pero eran bonitos. Nos invitó a decir ¡Arriba los corazones! Nos llenó de alegría nuestros corazones al tener a alguien tan bondadoso y desinteresado. Nos dijo que se ocuparía de todo, que fuéramos a trabajar tranquilamente. Llamó al Santa antipatriota y enemigo poderoso de la democracia. Él siempre reía mucho, se vestía muy bien y hacia chistes fomes. Confiamos en él y nos fuimos a trabajar. Después de las fiestas de fin de año, el presidente anunció una conferencia donde comunicaría la redacción de un documento llamado “Constitución del Polo Norte”. Fuimos elegantemente vestidos, el viejo llegó de rojo como siempre. Larraín Edwards nos dijo que teníamos que firmar este texto para hacerlo legal. Yo confié porque pensaba que era una persona intachable y firmé sin leer el texto, guiado solo por la confianza que tenía por ese político. La constitución se convirtió en nuestra perdición. Sin darme cuenta, mi firma significó perder la elección. Pues, el documento indica que los candidatos a presidentes deben ser parte de un partido político, tener 30,000 firmas y tener dinero para pagarse publicidad. La campaña de la vieja Claus consiguió millones de dólares, trajo trolls, gnomos, renos pagados por ellos para que firmaran e inscribir su candidatura. Sin dinero, no pudimos presentarnos y ella corrió sola. El periodo es de ocho años con reelección-
Pepe – ¿Y de dónde sacaron tanta plata los Claus? –
Manfredo -Eso es lo peor. Después, supimos, por unos personeros de la ONU que el presidente chileno, mientras ocurría la reunión donde le pidieron ayuda, salió a llamar a las empresas de juguetes, donde tiene acciones. Les propuso un negocio, privatizar el Polo Norte. Larraín Edward no puede ser nuestro presidente, por eso, debía convencer a los Claus. Antes de volver a entrar a la reunión donde aceptó interceder en el conflicto, llamó a los Claus y les ofreció negociar con nosotros, acabando con la huelga, devolverles el poder mediante una elección arreglada y ganar mucho dinero. Todo lo que vimos fue un montaje, la foto fue puesta en el suelo por Rodolfo el Reno antes que entráramos a la sala de reuniones. Hoy, Larraín Edwards y los Pascueros son los dueños del Polo Norte. Ellos concesionaron la producción de juguetes, penalizaron la huelga, tenemos que pagar con todo, el sueldo no nos alcanza, tenemos que pedir prestado para llegar a fin de mes. Si nos oponemos estamos en contra de la constitución, si reclamamos aparecen las fuerzas especiales de los renos y nos agarran a narizazos y cuernazos, desgraciados. Me gustaría tener la tranquilidad que tienen aquí-
Pepe- ¿No sabes en qué país estás? –
Los elfos -En el país de Vallenarina-
-Están en el país de Larraín Edwards, es nuestro presidente- Los elfos abrieron la boca y se apretaron las orejas.
Sigfrido -Pero, parecen felices-
Pepe-Ustedes siempre vienen en la época de días feriados. Todo el mundo está feliz. Si vinieras en un día normal, nos veríamos tan deprimidos como ustedes ¿Y qué van a hacer ahora? –
Sigfrido -Pedirles trabajo a los Reyes Magos ¡Salud! –
FIN
Sobre el autor: Mi nombre es Jaime Roberto Retamales Espinosa, nací en Arica (1966). Estudié en la Universidad de Tarapacá, Pedagogía media en Castellano y Licenciatura en Educación. En el año 1999, me radiqué en Estados Unidos. En Houston estudié un Magister en Sociolingüística y un Doctorado en Literatura Latinoamericana de la Universidad de Houston. Desde pequeño me ha ido mejor con la pintura, gané un premio escolar cuando tenía 12 años. Participé en talleres y tomé clases de pintura. En Estados Unidos he ganado algunos premios locales. Incluso tengo mi página web. He preferido dedicarme más a mi trabajo como académico que artista. He publicado artículos sobre el género testimonial en revistas norteamericanas y una chilena. Pero, la enseñanza ha recibido toda mi atención. A pesar de mi edad, soy un escritor novato. Creo que los artistas y académicos vinculados a la literatura, saben que una cosa es escribir una obra y otra es estudiarla. Yo me he dedicado más a lo último. Me he presentado a algunos concursos, sin recibir ni siquiera las gracias. Pero, he podido publicar dos cuentos en Houston y dos antologías en Arica. Mi estilo es la sátira, la parodia y la crítica política y social.