Literatura
ensayo
agosto 2022
El infierno Líquido
Por Victoria Marín Fallas
Podría pensarse que existen dos tipos de infierno, los cuales en Sartre (1983) remiten a uno solo, pues en realidad lo son. Ante nosotros se yergue el infierno de las contra intencionalidades, de las miradas proyectadas sobre el Ser para el otro. Este horror podría parecer suficiente, ya que es imposible abandonarlo en tanto que idea, pero todavía queda un exceso de presencia que es caída y, también, infierno. En el recinto de la conciencia, como extensión del anterior, reposa la inmanencia del sí mismo, desdoblado en una otredad que amenaza con diluir su discontinuidad.
Es allí donde el Ser, como Ofelia, tras despojarse de tesoros y guirnaldas, es arrastrado, ahoga la palabra, queda petrificado en imagen-pintura, inmóvil, carente de sonido. Y se hunde. Las ropas que en un principio lo mantienen a flote, todo aquello con lo que ha sido revestido pesa demasiado. Queda anonadado ante la carga de quien no es otra cosa que una mirada reflexiva e impaciente, recriminando la esencia que es incapaz de ser devuelta por una identidad que no se asume, cuya pérdida refiere a la angustia. Pero en este proceso no solo se escinde el sujeto. De acuerdo con Zambrano, “Sobreviene la angustia cuando se pierde el centro. Ser y vida se separan” (2019, p.79). Depende de cada quien recuperar el Uno perdido o derramarse, como menciona la autora (2019).
John Everett Millais, Ophelia (c.1851)
Ahora bien, es difícil idealizar el infierno de los otros cuando se tiene en cuenta su poder desestabilizante, cuando el sujeto no se complace en la dinámica de mirar y ser mirado, aunque le sea imposible no desearla. Pero el infierno líquido, un caos que se presiente, de apariencia tranquila, al estar replegado sobre sí mismo resulta mucho menos amenazante y puede llegar a cristalizarse en un ideal romántico, considerado como bello si primero lo es la imagen de quien está en el agua y es el agua, si es lo suficientemente distante como para objetivar y no despertar la sospecha de la objetivación por parte del otro, si coincide con la representación del sujeto trágico y su ímpetu o con la figura de la víctima sacrificial que no es persona, que no mira, cuyo destino es morir en lugar del espectador.
Sofia Coppola,The Virgin Suicides, 1999.
Sin embargo, el propio sujeto-agua puede aferrarse a su reflejo, aprisionar su carne y su espíritu en el abrazo líquido. Como Narciso, se prenda de una duplicidad seductora y voraz, seductora porque lo persuade a evadir aquello de cuya vista no desea ser mimesis, a mirar y ser mirado como quiere, y voraz, pues le quita la vida. “El agua suspira porque ansía la sangre” (Smith, 2019, p. 27).
Es posible que este infierno tenga la forma de una flor, cuando de los ovarios ínferos brota silenciosamente la no-muerte blanca en tanto que dure la conciencia. Pero al igual que en la naturaleza, de este tipo de plantas no brotan frutos verdaderos, tan solo la mirada del vacío.
Bibliografía
Sartre, J. P. (1983) La puta respetuosa / A puerta cerrada. Orbis.
Smith, P. (2019) Augurios de Inocencia. Lumen.
Zambrano, M. (2019) Claros del bosque. Alianza Editorial.
Victoria Marín nació en San José, Costa Rica. Es filóloga clásica, estudiante de Filosofía y de la Maestría en Literatura Clásica en la Universidad de Costa Rica. Sus relatos, artículos y poemas han sido publicados en antologías, revistas y otro tipo de medios nacionales e internacionales. Se desempeñó como asistente editorial en la revista Educación de la Universidad de Costa Rica y como asistente de docencia en cursos de latín, literatura y mitología griega para el Departamento de Estudios Clásicos de la UCR. Actualmente dirige el medio Revista Virtual Quimera. Figura como autora en los proyectos Donde contamos hormigas y segundos (Poiesis Editores, Costa Rica, 2020), Caperucita feroz (Ápeiron Ediciones, España, 2020), Antología Nueva Poesía Costarricense (MCJ, Costa Rica, 2020), Voices (Centro Cultural de México, EE. UU., 2021), Rollos de Vuelo (EUNED, Costa Rica, 2022), 56 Altares: Filos y Espejos (Testigo Ediciones, Guatemala, 2022) y Fin de Siglo (EUNA, de próxima aparición). Ha participado en diversos eventos literarios y académicos, entre ellos el I Coloquio Nacional de Narrativas Especulativas, de lo Insólito y del Horror (BUAP, México), el Festival Internacional de Poesía Primavera Bonita (CCMC, México) y el XXVI Simposio Nacional de Estudios Clásicos (UNNE, Argentina). En 2021 ganó el XIV Concurso de Escritura Creativa en Lenguas Extranjeras (UCR) en la categoría de poesía en lengua portuguesa.