Literatura
Poesía
mayo 2022
Poemas de Joaquín “Quincho” Terrazas
Joaquín (Quincho) Terrazas nació el 6 de mayo de 1984, en Santa Cruz – Bolivia, es psicólogo de profesión y aspirante a poeta. Ha participado en revistas nacionales e internacionales tanto digitales como impresas. Administra la página de Facebook “Poetas Bolivianos”, colectivo de difusión de poesía. Ha organizado lecturas de poesía mensuales por 3 años y festivales de poesía. Publicó el fanzine de difusión mensual gratuita “Ojo en la tinta”. 1er lugar en categoría poesía en la Expociencia 2014 de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Ha publicado 4 poemarios y un monólogo teatral. Finalista del concurso “Fantasmas y quimeras” de micropoemas en España. Ha participado en festivales de poesía en México, Cuba y Bolivia. Director de la editorial pseudocartonera “Chanchito ediciones” y del fanzine independiente “Orgía poética”. Miembro del colectivo literario internacional “La esquina ruda”. Miembro del colectivo Agitprop. Forma parte del taller permanente de poesía “POETANGAS” dirigido por Gustavo Cárdenas Ayad.
GIRASOLES DEL OLVIDO
Como un tizón encendido
Ardiendo dentro mi sangre
Tu sombra viene conmigo
Y no la puedo arrancar
Jorge Milikota
Tu sombra quemando el verde, los valles,
donde grité tus canciones a voz quebrada;
luego de incendiar, llueve,
haciendo florecer girasoles de olvido,
que sólo miran al suelo.
Tu sombra es la mía,
camina sobre sí misma
no es la luz oscurecida
sino derrotada
Omnipresente patrona del día,
que ardiendo dentro mi sangre
forma una veta de fuegos negros
que harán estallar mis venas
dejando charcos dormidos
donde van a apagarse los soles
que una vez nos bañaron.
DILUVIO DE MIS HUESOS
Donde quiera que estén
tu par de dorados soles,
les envío una maldición de sombra,
una noche ruidosa quebrándose.
Llegarán mis trinos de pájaro cansado,
mis árboles barridos por huracanes
que dejó la sed de tu nombre,
no importa cuántas vidas les tome,
llegarán y es un hecho, te lo digo,
las coronas de flores de mis tumbas
guardarán sus gastados aromas
para hacer vigilia eterna
en estas letras ponzoñosas
que amargan mi lengua.
Mis penúltimas olas enceguecidas
labrarán tus costas hasta derrumbarlas
y será este naufragio el último retumbar
de nuestro mundo astillado y seco
Después de este diluvio de mis huesos,
dondequiera que te encuentres,
florecerán kantutas negras
que apuntarán al cielo enrojecido,
entonando cual trompetas
una marcha marcial de retirada,
un estruendo de corazones reventando,
para que no quede duda alguna
que este sueño arría las banderas
y se rinde con el último cartucho aún humeante.