Literatura
Poesía
abril 2022
Poemas de Alicia Elisa Méndez Medina
Alicia Elisa Méndez Medina. Crecí en las periferias de Santo Domingo en República Dominicana. Junio 6 de 1986 estudié en la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD). Actualmente Periodismo: Universidad Autónoma de Santo Domingo. He publicado el Poemario “Historia de desarraigo” La Fonola Nano Ediciones Chile (2021) Antología:Fanzine Pandémico de la colectiva Catalina Clandestina de Argentina (2020). Antología “Te quiero mi cielo” de la editorial La Fonola Cartonera en (2018). He trabajado como: locutora, reportera y mis textos han sido reseñados en revistas internacionales como: Libertariasrd (Radio), Periodico digital: Acento.com, Espacio Insular, AfroFeminas España (2018), Revista Digital Vertedero Cultural México (2021), Awtar Cultural Electronic Magazine (2017)Es contadora de historias, activista feminista/antirracista,sus historias hablan de amor, desamor, desarraigo y las necesarias historias de la gente del común. Actualmente tengo mi blog: Las historias de Amelia y sus encuentros con Csanmartin https://ameliaynadamas.blogspot.com/
El hijo de María Ilua
La casa estaba hecha de cartones, maderas viejas y cobijada
con zinc encontrados por allá y acullá, la puerta armada con
los restos de tanques viejos y latas de salsa de tomate.
Cada cierto tiempo se escuchaban los gritos del casero:
“Mi cualto coño: Cuando no la hacen a la entrada, la hacen a
la salida”
“Mi cualto coño o llamo la camiona”.
De baja estatura, la barriga enorme y el malhumor de
aquellos, que se llenan los bolsillos rentando cartuchos a
empobrecidos transeúntes, muy de turno, transnacionales;
habitantes del deseo de vida.
Trashumantes….
La casa tenía forma alargada, por dentro dividida con cortinas
de muchos colores, enseres colgados y trapos sobre la cama,
en una esquina un pequeño altar con velones.
Un gran promontorio parecía la habitación maltrecha y llena
de trapos. María Ilua años atrás, había llegado de una
comunidad muy al norte, en la difusa línea que divide un país y
otro.
“Mi cualto coño”; decía el viejo casero y todos se asustaban
Con un niño al costado, por aquellos días: Un niño como los de
su edad: por las tardes jugando en las calles y por las noches
durmiendo como los de su edad: profundo, sin miedo a nada.
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Como de costumbre Ilua encendía el altar para agradecer y
pedir antes de salir a la calle, muy de noche: ” de día de puerta
en puerta, de noche absolutamente, decía, la calle ta difícil,
protección y guía”.
En las noches: daba servicio en el viejo majapapa, ubicado a la
orilla de la carretera, cada tanto Ilua se posaba en la avenida
tratando de atrapar los sueños que transitaban a la media
noche sin lugar donde llegar, para que se adentraron en el
fascinante mundo, donde el misterio hacía fiesta.
Apenas comenzaba a amanecer cuando el velón amarillo
alargó la llama y prendió los cartones que tapizaban las
paredes de la casa de Ilua.
La llamarada anunciaba el amanecer, las cortinas de colores se
blandían ante el fuego que iluminaba las viejas calles de la
barriada ante la mirada atónita de todos, mientras el hijo de
María Ilua dormía profundamente.
Publicados en el poemario: Historias de Desarraigo (La Fonola nanoediciones, 2021)