Literatura
Poesía
Septiembre 2020
Muestra de poesía boliviana naciente
Nota y selección: Valeria Sandi
La poesía boliviana tiene una vasta tradición.Nuestros grandes referentes: Adela Zamudio, Ricardo Jaimes Freyre, Jaime Mendoza, Franz Tamayo, Octavio Campero, Raúl Otero Reiche, Hilda Mundy, Óscar Cerruto, Yolanda Bedregal, Oscar Alfaro, Jaime Sáenz, Eliodoro Aillón, Roberto Echazú, Blanca Wiethüchter entre otros.
En este año de incertidumbre, la palabra prevalece como acercamiento y continuación delineando la pulsión de nuestro tiempo y espacio desde las nuevas voces de autoras que trabajan la palabra y hacen de su mirada un nido donde moran los colores.
Adriana Mendoza
(Oruro- 1998)
Para pan blanco, libertad negra
Danzas, balas, grietas
Un niño canta
Y diez hombres lloran
Once descansan
Ninguno murmulla en paz
Todos cambian su mismísimo aliento
Por el de los otros.
Rituales, colores, sangre
Un niño pregunta:
-¿El negro es un color?
Los lobos se consumen en una respuesta
-No, no seas iluso. El negro es la ausencia de la luz.
Aunque cuando sueñas, desde la obscuridad,
Pintas las alegorías surreales de tu más intenso ser.
Quizá por eso nos mandan a descansar con labios de muerte.
Lobos, negros, muerte
Un niño pregunta:
-y ahora, ¿Quién hará el pan?
Una voz negra rompe los ecos de los lobos muertos
-No lo sé, pregúntale a los sicarios que aúllan desde la luna de tu voz.
Quizá ellos también aniquilen al pan, para que así
Tampoco ya les haga falta.
Mercado Youyung
(Inspirado en los poemas: Punto de Sangre y La noche más grande, de Mohamed YouYou)
Mercado, trompos… trampas
Arañaste conmigo a la merced de este derroche, ¿o no?
Míranos, casi contemplando a la inverecundia lucrar.
Hablarnos de las infinitas ataduras de silencio en su piel de ambición.
Esta vez, el demonio no está detrás de la pared,
Ni detrás de la cornisa, royendo el oro de la sangre.
Lo barrunto escocerse casi en la profundidad de nuestro aliento.
Esta vez llegara con el último grano de arena,
Tanto que el suplicio término con su última vida desde un gatillo sucio.
La trampa está a plena luz de sangre hoy por hoy.
En medio de todas esas mitades,
Desde el ojo de luna de ayer.
EN sonrisas ignorantes de los mercenarios.
En manos prolijas, benditas, de dioses artesanos.
En los panes pobres, que roban aquellos niños ricos.
¡Oh amigo! El Windows 10 se nos apagó.
Diez minutos más y ya no habrá el papel que los protegía.
Los mismos niños lo venderán como a su piel de nacimiento.
Y se cubrirán de otro, que dura 1 segundo
En un océano inundado de horas en suplicio.
No es la cuestión ahora, de que animal es el más grande.
Si no, si la jaula llegara a ser lo suficientemente grande.
Aun para la ambición más minúscula.
Ana Serrano
(Sucre -1992)
Video llamada desde un Toshiba core i 7
Desde este lugar intento ser feliz
Me Intoxico del flow violento
Aguardo en mis oídos la fiesta clandestina
Pero existe ruido en las miradas
En el hogar que alguna vez fueron tus ojos
Hoy son solo un hotel de paso
donde descansar.
Falsificación de emojis inasibles
pequeños jabones de cortesía
que no alcanzan
Insustanciales
Tierra estéril para el cultivo
de demostraciones afectivas.
El paseo de los domingos
descansa en la perfección
de las fotografías de Instagram
de esta luz azul
Que es brillante
Y siempre fría;
La fibra óptica
no alcanza para hacerte el amor
Y besar tus parpados húmedos.
Spoiler
Tengo un océano en el estomago
donde nadan mariposas con conchas de espiral,
arremeten sus alas en oídos ciegos
arrastran sus conchas al nido desacertado
Tengo en mi boca la espuma del recuerdo
se desliza y desaparece
acometen, asaltan, precipitan sus olas
en su última morada
verde
histeria gastronómica
la costa de este plato.
Puse a hervir a fuego lento
tus palabras marionetas
despilfarro de saliva y sal;
ya no me angustia el mañana
porque desde ayer ya eran recuerdos
Sin desespero y hambre de ahogados suicidas
Saber que esto que resta fue ganado
Por la sombra del te lo dije
Por obra premonitoria de la lágrima
que engulle gustosos los sabores marinados
de este amor que me ofreces
deshonesto
y premeditado.
A los afortunados
Somos la mayoría
mirando por la ventana,
A través de la marea de sombras
que se asientan,
en este lugar
que dejó
la inocencia perdida.
Somos la mayoría
En la espera infinita
de las horas perdidas
de pequeñas historias de infancia
que se elevan como
burbujas de arcoíris
y desaparecen en instantes.
Somos la mayoría…
Pero si aún respiras,
eres de los afortunados,
porque el resto de nosotros
Estamos jadeando
a través de estos corruptos pulmones
prendiendo fuego por la garganta
quemando los recuerdos,
coleccionando cenizas
de nombres de amantes
que terminaron mal.
Y si todavía sangras,
eres de los afortunados,
porque nosotros
No sentimos el dolor compartido.
somos el yo-yo de moda.
Prendemos fuego a nuestros hermanos
Con crucifijos colgando de la garganta,
coleccionamos vidas en Instagram.
Y si estás enamorado,
entonces eres de los afortunados,
porque la mayoría de nosotros
estamos amargados por alguien.
Prendiendo fuego a nuestro interior,
para distraer a nuestros corazones
mirando por la ventana
Echando de menos a alguien
Por pura diversión.
Rosa Alba Acero
(Santa Cruz- 1972)
El tiempo
Madera fina
tallada a mano
con el único amigo
el día
la mara, el roble
cual anciano sabio
deja huella en el
aserrín del polvo
la silla blanca
pintada de recuerdos
sentada mi madre
miraba el reloj
mientras el tic tac
del sueño
le daba su mano
desde entonces vacía
está la silla
de vez en cuando
me siento en ella
para recordar su risa
su voz y el olor de la
madera me lleva a la
casa que un día
fue nuestra.
Juan
Profético nombre
eco en un volcán dormido
a la luz del alba
sonrisa que abraza cada herida
consonante de picaflor en
lenguaje de promesas
Juan
4 letras que encuentro
en el infinito de lo místico
entre las montañas y su altura con
la luna en cuarto menguante que
danza al ritmo de tu voz
como melodía favorita
Juan
Como el Cactus que florece
en medio de espinas y soledades
que arde en fogata de hielo
Juan
suspiro del viento
que el Alma esconde y cose con
hilos dorados los bordes de su
historia
Juan
voz que encandila al silencio
endulza palabras en versos
de rojo y añil
Juan
combinación perfecta
tus ojos, tu piel
en un sortilegio andino
Sarah Gonzales
(Santa Cruz- 1994)
Eva (1, 1-5)
Mi dios me insta a decidir,
pero él es una hogaza de pan
que como tantas veces,
me esfuerzo por no vomitar
en ocasiones.
Él me da la mano,
tomo su brazo
y mis huérfanos sistemas
reparten sus vestigios.
Con misericordia me ama,
no quiero parir sus frutos.
Soy Eva.
Yo no creé el pecado,
lo disfruto.
Me castiga,
pido perdón a diario.
Solo reclama mi alma,
le ofrezco la corteza,
antes de que se pudra
y tejan mis cadenas.
En la azul esfera,
entre la espada y el hastío,
mi dios es un molde de barro,
en mis manos está lo divino.
Vejez
La casa cumple 80 años
y se viste de fiesta.
En sus paredes de barro
se lucen las grietas.
En el techo, el sombrero de alasitas.
En sus vigas anidan las canas.
Un anillo rodea el jardín,
donde no hay pasto,
ni animales.
Solo un poncho de alpaca
con vértices marcados,
tejido de nostalgias.
El patio está oscuro,
los cercos han caído
y por si osa en asomar la lluvia,
un pañuelo negro duerme en el bolsillo.
La casa cumple 80 años
y nadie ha llegado a visitarla.
Perro azul
Cuando mi perro sonríe,
las espigas de trigo
se entregan a la brisa
y amanecen dormidas.
Los mares cantan himnos
que las olas susurran
a marineros tostados
por el tiempo.
Baten con sus alas fronteras,
las golondrinas.
Gorjean idiomas de paz,
las palomas.
Y mi perro,
rayo de luz,
nube de pelo,
mueve la cola en el cielo.
” Amanecer” Sucre, Bolivia / fotografía de @dennisharol