Literatura
Poesía
septiembre 2020
Poemas de “Antes de ser silencio” de Ana María Bustamante
Ana María Bustamante (Medellín, Colombia, noviembre 1991). Socióloga, fotógrafa y gestora cultural. Aspirante a magíster en Sociología. Ganadora del IX Concurso Nacional de Poesía Héctor Trejos Reyes 2016 y de la beca en circulación internacional de la Alcaldía de Medellín, 2018. Con su libro Antes de ser silencio obtuvo el Premio Nacional de Poesía Tomás Vargas Osorio 2019 y fue publicado por Sílaba Editores en el año 2019.
Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés e italiano, y publicados en diversos medios y revistas digitales como La Raíz Invertida, Revista Literariedad, Revista Prometeo, entre otros. Fue incluida en el audiolibro Ecos 15 poetas antioqueños 2017; la Antología de Poesía colombiana Contemporánea del siglo XXI publicada en Francia por la editorial L’Oreille du Loup, 2017; y la antología Luz sin Estribos 35 poetas colombianos / 35 poetas cubanos 2019 por Nuevas Voces Editores.
Los siguientes son poemas de su libro Antes de ser silencio, publicado por la editorial Sílaba Editores, 2019
Busco la sal entre las sombras
el mar, en mis ojos desiertos.
Una daga atraviesa mi corazón
como una sombra atraviesa un muro.
He quedado con la negrura espesa
pegada a los dedos.
Una oscuridad inmensa que rebasó
los bordes de mi mundo.
He quedado con toda la oscuridad de la sombra
con toda la oscuridad de la ceniza.
Sólo yo conozco la soledad del polvo
–lo he dicho tantas veces hasta casi marearme–
Sólo yo puedo hablar lo indefinible.
* * *
Nadie muere de vejez,
muere de espanto
al despertar el diluvio.
Lo que me genera este letargo
no puede ser otra cosa que belleza.
Me siento verdaderamente gris
caída bajo el humo como un astro,
rota, en mi vejez de cinco años.
Brilla en mis huesos el mar
con sus perlas suaves de azul ocre
y bocas rosadas como manos.
Es el ahora que enciende los dedos
como antorchas,
el vuelo que dibuja con frenesí la bruma
donde cae este humo ciego que antes
encendió auroras.
* * *
He empezado a buscar en tantas muertes
llenar ese vacío
de no poder abrazar el lenguaje,
de no saber decir luz.
Sólo el tiempo cortará las horas
con su hilo infinito.
No, no es el tiempo.
Es el vientre herido de la sal
en que bebí la noche.
* * *
4.
Nadie preguntó por el vacío
de la puerta abierta para siempre.
Nadie habló los pasos de
la ausencia que llega.
Nadie abrazó la mañana
hasta fundirla con la noche
en un intento sordo
de poner el mismo nombre
a todas las cosas.
Nadie dijo nada.
Nadie dijo nunca.
* * *
La despedida
El mundo nos abandonó verdaderamente
en la lluvia.
En el agua se dijeron adiós
los cuerpos
que amaron tanto la herida
hasta secar su ardor.
Se dijeron adiós las manos
que palparon tantas veces la rasgadura
hasta entender su paisaje.
Todo lo nuestro se despidió en el agua,
quedamos con el temblor apenas,
con el frío desbaratando las raíces
con el miedo de nuestros ojos mojados
en el diluvio que fue una hoguera.
* * *
El final
La vida es una serie de momentos
que hacen el final.
Quiebran la curvatura del tiempo
de donde surge la voz
como un sol
en la sangre iluminada.