Literatura
Narrativa
octubre
VAIONA, El REINO OLVIDADO
por Marcelo Rubio
Uno de los imperios menos conocidos de la humanidad fue el de Vaiona, en las tierras oestes del actual Irán. Con la asunción del rey Tibular II, en el siglo VII a.c., el reino tuvo un período de brillantez económica que lo llevó a una etapa de paz de unos quince años, antes de entrar en guerra con los Parthos. Ese enfrentamiento terminó con la cultura vaiona y la desaparición, incluso, de su capital, la bella Dortman, cuya magnificencia estaba dada por calles de piedra grandidierite. Un palacio del rey, el Ostraram, que incluía jardines con especies del mundo conocido, un zoológico con bestias traídas de otros reinos. En uno de los escritos de Heródoto, el historiador se muestra sorprendido por lo que da en llamar “laguna de dimensiones gigantes en la que habitan peces multicolores y un martial (una bestia extinta) al que se alimenta con carne humana”.
También la ciudad tenía obeliscos superiores a los 70 metros, dedicados al dios protector, Rachtam (Rach significa sol y Tam, ciudad). El templo a Rach se erguía sobre una avenida con canales de agua a sus costados. La construcción había demandado diez años de trabajo y la fachada mostraba una decoración con rubíes y diamantes. Había en su interior dos amplias cámaras. Una, decorada en piedra azurita era para la oración del pueblo. La otra, con paredes basalto en tonos negros, grises y verdes, estaba dedicada en forma exclusiva a los sacerdotes. En las paredes se abrían unos huecos cubiertos con cristal lotario donde podían verse, grabadas, escenas del dios Rachtam, su nacimiento, el origen del universo, la creación de las criaturas. También había una mesa de mármol sobre la que descansaba una imagen de cuerpo completo de cerca de dos metros de alto, del Dios, hecha de oro puro, rodeada por vasijas de plata y cuencos de esmeraldas.
En las excavaciones realizadas por arqueólogos pudo darse con una suerte de piedra donde se narra, en forma detallada, la historia del Gran Diluvio. Se desprende de este hallazgo, que el desastre climático duró una semana (Los vaionas no tenían los días tal cual los conocemos hoy, una semana equivalía a 11 días). Sobrevivieron dos gemelos, Insan y Mensan, junto a una mujer, Alcian. Ellos pasaron la catástrofe en la copa de un árbol. Según el texto, Alicia parió mujeres de Insan y hombres de Mensan.
Durante años, previos al período de paz, el imperio de Vaiona conquistó tierras y llevó a la ciudad principal a prisioneros con el único objetivo de mostrarles lo bien que se vivía en ese reino. Luego, esos prisioneros, habrían sido utilizados como alimentos para el martial del lago.
La lucha con los Parthos fue desigual, el ejército del imperio de Vaiona no era una potencia.,Sus hombres, acostumbrados al lujo y la calma, no estaban convencidos de entrar en guerra. Pero el rey sabía que su buena economía estaba en crisis y que solo iba a mejorar anexando otros territorios y saqueando las cortes. Sin embargo, en la batalla de Siphios, los Parthos vencieron. Entraron a Dortman sin encontrar resistencia. El rey Tibular II había huido días antes hacia algún lugar de las estepas. Lo que sorprendió a los Parthos, amén de la belleza de la ciudad, fue la buena disposición de los pobladores más pudientes, las familias, más adineradas que los recibieron con banquetes, ofrecieron a sus hijas mujeres para el placer y a sus hijos como mancebos, todo a cambio de no ser asesinados. Desconocían esos hombres que a los Parthos no les importaba nada. Dos días después, Dortman fue saqueada e incendiada, ni una construcción permaneció en pie, y de las familias acaudaladas no quedó ni el recuerdo.