Literatura
Poesía
julio 2024
Poemas de Miguel Zaldívar Carrillo
El espantapájaros
Una madera nada entre las olas
Mece su geografía al vaivén del ritmo salado
Casi toca la arena, pero a golpes la regresan
-A do vas. Le esputa la espuma,
Rasgando con velos de novia sus costados.
Pudo tal vez ser la mesa
Engalanada para los novios
Pero la vida la arrojó al mar
Y ahora es un triste naufrago.
Cuánto tiempo llevará en el infortunado intento
de arribar a puerto, de arropar su mano.
Una gaviota posase en su húmedo lomo
Podría ser su novia
Pero levanta el vuelo, desagradecida, por el fugaz descanso.
Barrotes de sal, dejadme
Maldita gaviota que me da quebranto.
Otra vez se acerca a la salvación soñada
Y otra vez, la regresan, al azul de espanto.
Así voy yo en esta vida
Pendular manicomio de oscilaciones
Templando mi madero para espantapájaros.
Pecado
La primavera tiene sus secretos
Cada año se presenta abrumadora
Colgada, diría yo
En el fleco de una mirada azul.
El cielo se abre y, entonces, llueven sonrisas
Escandalosas nubes de alegría cierran el horizonte
Los pájaros que anidan en tu pelo mañanean el olor a café
Y una gaviota en el cielo de tus ojos anuncia la llegada a puerto
De esta barca desecha en jirones.
En general la vida es fea: llena de pobres mudanzas
Nauseabundas ambiciones
Y anuncios lumínicos que alumbran el paso de los pordioseros
El mundo se deshace.
Y yo. Egoísta y andrajos, te pienso.
Dos minutos de mis urgencias de ti bastan
Para olvidar “la batalla de los cometas en el cielo
Que andan engullendo mundos”
Me avergüenza lo urgente que puede llegar a ser mi ombligo.
Un niño me pide una limosna, se la doy y sonrío
Porque me sorprendes en la danza desquiciada de mi conectoma.
En lo particular la vida es bella
Y todo por culpa de la primavera
Que como ya dije:
Tiene sus secretos.
He pecado señor, perdonadme:
Pecado de egoísmo, de insensibilidad y de lujuria
He pecado delante de un niño empobrecido por la barbarie humana.
He pecado y ni siquiera sé si soy mejor o peor hombre.
Pero quién puede contenerse ante la primavera
Que llega, tozuda, irreverente
En unos pechos curvos y volcánicos
Y unos azules vandálicos hirvientes.
Cómo predecir en qué momento nos perderemos
Definitivamente
Ante las puertas temidas del infierno.
Ya lo he dicho:
Perdonadme señor porque he pecado
Porque como ya dije
La primavera tiene sus secretos.
La roca
Apuñalando el manto salobre y espumoso
La pétrea y tozuda roca se levanta al cielo
Quiere salir del profundo azul que la aprisiona
añora volar como suave gaviota
Ahogada en espuma sueña y espera.
Roca soy, al cielo apunto
Cafeteando la mañana suspiro
Alas de mariposas venid a mí
Migraré.
Pero roca soy
Y anclado en esta arena movediza
Me quedo.
Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo. Cubano residente en México. Licenciado en Educación, Master en Investigación Educativa y Doctor en CienciasPedagógicas. Especialista en Pedagogías Críticas y Educaciones Populares. Profesor Titular de la Universidad Oscar Lucero Moya de la provincia de Holguín, Cuba. He publicado ensayos científicos, poesía y cuentos en varias revistas internacionales. He vivido 57 años y tengo 4 hermosos hijos a los que dedico mi obra.