Literatura
Reseña
septiembre 2023
Reseña literaria: Satirizando la fábula
por Guido Schiappacasse
Augusto Monterroso nació en Tegucigalpa en 1.921 y falleció en Ciudad de México en el 2.003. Vivió su infancia y adolescencia en Guatemala, país al que consideró su terruño patrio; más tarde fue exiliado político en México, en donde desarrolló su obra literaria y en donde falleció a los 81 años de edad. Este autor destacó por ser uno de los maestros latinoamericanos del microrrelato y por deconstruir el clásico subgénero narrativo de la fábula, dándole un nuevo significado a través de la transgresión y la innovación. Así, hoy me es muy grato presentar «La oveja negra y demás fábulas»1 de este autor guatemalteco, distinguido con el prestigioso premio literario «Príncipe de Asturias»; por lo demás, galardón obtenido con total merecimiento.
Esta obra presenta una serie de fábulas en un sentido no ortodoxo, destacando una pluma breve, concisa y precisa, como si fuese un jardinero que podase toda alambicada forma de expresión literaria, con el objetivo de que sus relatos sean de lectura fácil y límpida, en un esfuerzo para hacerse entender con la mayor claridad posible.
Pero no nos confundamos, su creación literaria es breve, pero transmite un significado que no por ser de corta lectura es simplón, todo lo contrario. Su obra es estética y de profunda esencia, pero muy distinta a la de la fábula tradicional. De hecho, esto es así porque sus narraciones eliminan en forma consciente la moraleja o emblemática enseñanza didáctica propia del fabulario clásico. Vale decir, «La oveja negra y demás fábulas», no está dirigida a un público infantil bajo ningún punto de vista, todo lo contrario, su lectura será solo bien aprovechada por un adulto con criterio…
Como les he dicho, el fabulario de Monterroso no conlleva una enseñanza moralizadora, pero, ¿a qué se debe esta transgresión en un subgénero clásico y de origen tan antiguo en la historia de la humanidad? Concluyo a razón de mi estudio de la obra de este autor guatemalteco, que el aborto intencional de la moraleja se debe a tres causas fundamentales a saber:
En primer lugar, don Augusto prefiere no distraernos con moralinas y transmisiones de valores añejos, más bien, prefiere dedicar su obra exclusivamente al relato literario en sí mismo, el cual presenta un significado propio y característico a través de la ironía, la parodia y la sátira…Y haciendo uso de estos recursos en forma magistral, mostrar al lector la condición humana en toda su desnudez, con todos sus prejuicios y crueldades, solo propios del Homo sapiens. Así, a modo de ejemplo, en el relato «La oveja negra», este escritor nos llama a reflexionar sobre el miedo prejuicioso que siente la masa de los hombres ante quien es peculiar, desencadenando en ellos la intolerancia; para luego dejarse arrastrar por la agresividad y la crueldad para con el que es distinto, cubierta de la más fina y exquisita hipocresía, que nos hará reír de buena gana si gustamos del humor negro del autor. Y cómo olvidar «El rayo que cayó dos veces en el mismo sitio», narración donde los hijos de Adán, a mi entender malévolos y sádicos por naturaleza, se deprimen porque con una segunda arremetida sobre la misma víctima, no pueden hacer más daño del que ya hicieron la primera vez. Es más, en «El espejo que no podía dormir», muestra a cabalidad la falta de empatía del hombre común y corriente por los sufrimientos del neurótico envuelto en dilemas existencialistas.
En segunda instancia, don Augusto se desilusiona de los mega relatos de la Modernidad, que abogan por virtudes y valores universales, que a través de las ingeniosas moralejas son transmitidos en la fábula clásica a las nuevas generaciones. De hecho, en Monterroso no hay nada de aquello, porque el autor no cree en verdades universales, sino que más bien, intuyo que defiende una filosofía de corte posmodernista. Es decir, una ideología que enaltece un caleidoscopio de pequeñas verdades, donde cada cual tiene la propia según su criterio y experiencias de vida. Al respecto, ya lo decía Friedrich Nietzsche2: «No existen los hechos, solo existen las interpretaciones». Así, sin virtudes aplicables en todos los tiempos y en todas las eras, no hay moralejas que enseñar; es por ello que nuestro autor extirpa aquellas de sus fábulas, cual si fuese un cirujano y estas enseñanzas un tumor maligno. Así, a modo de ejemplo, en el relato «La fe y las montañas» rechaza el mega relato (o la verdad incuestionable) del dogma de la fe propio del cristianismo occidental. Es más, deja vislumbrar que la fe dogmática puede incluso ser perjudicial para la vida del hombre sencillo.
Ahora bien, ¿cuál es la razón del pensamiento de este autor guatemalteco? Bien sabido es que cada escritor es un conjunto de experiencias vitales vertidas en páginas en blanco. Razón tenía José Ortega y Gasset3 cuando decía: «Yo soy yo y mis circunstancias». En el caso de nuestro artista, él vivió en carne propia el despotismo no ilustrado del dictador guatemalteco Jorge Ubico; y además supo en su presente de lo que ocurría en Europa con el devenir de los horrores de la II Gran Guerra. Producto de toda esa locura, violencia y deshumanización, nace la desilusión y el subsecuente pensamiento posmodernista de Monterroso, el cual vierte genialmente en folios ávidos de ser escritos por un hombre de tan vívida inteligencia, incorporando la metáfora al fabulario de forma muy original.
En tercer lugar, don Augusto en su texto «La oveja negra y demás fábulas», abandona las enseñanzas, es más, se burla de las moralejas en un sentido fabulario clásico. Así, con humor negro, se ríe de todo y de todos. Por ejemplo, satiriza en «La oveja negra» la tolerancia a la diversidad, en «El perro que deseaba ser un ser humano» se burla de los intentos del hombre por querer ser mejor en un arte o más evolucionado en forma general, en «La fe y las montañas» parodia el dogma cristiano de la fe; y en «El mono que quiso ser escritor satírico» incluso se ironiza a sí mismo, porque el escritor satírico critica los vicios sociales, aun cuando también él participa con gozo de aquellos.
A modo de resumen, esta obra de Monterroso es muy llamativa por su brevedad y claridad, originalidad, significado literario y humor negro imprimido. De hecho, disfruta de una ironía genial que incluso recuerda a Miguel de Cervantes4 burlándose en su obra «El Quijote» de las clásicas novelas de caballería.
Es más, para promover en ustedes el deseo de leer «La oveja negra y demás fábulas», no se me ha ocurrido nada mejor que intentar usar la ironía y la sátira que Augusto Monterroso utiliza en forma tan consumada.
Así, les recomiendo «La oveja negra y demás fábulas», pero solo para adultos con criterio no formado y a su propio riesgo…
- La oveja negra y demás fábulas: libro de Augusto Monterroso, Ediciones Era, 2006. También disponible en e-book en Amazon
- Friedrich Nietzsche (1.844-1.900): filósofo, poeta, músico y filólogo alemán de finales del siglo XIX. Su pensamiento ha influido de forma transcendental en la cultura contemporánea occidental
- José Ortega y Gasset (1.883-1.955): filósofo y ensayista español del siglo XX, principal exponente del perspectivismo y de la razón vital e histórica
- Miguel de Cervantes (1.547-1.616): novelista, poeta, dramaturgo y soldado español, considerado una de las máximas figuras de la literatura española y mundial. Su obra «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha» se tiene por la primera novela moderna