Literatura
Poesía
mayo 2022
Poemas de Vanessa Carolina Makuch
Vanessa Carolina Makuch. Nació en el Chaco, Argentina, en 1970 y reside en Formosa desde 1980. Ambas, provincias del norte del país. Profesora en Matemática y Cosmografía egresada de la Universidad Nacional de Formosa. Se desempeñó como docente en colegios secundarios hasta 2016. Actriz de teatro independiente desde 2005. Clown desde 2017. Editó los poemarios: TANTO RÍO DE MIEDOS (2007), PARA SALVAR LAS HORAS AMARILLAS (2016) y DESPERTARÉ JAZMÍN (2020).Forma parte de antologías provinciales, regionales argentinas y latinoamericanas. La siguiente selección de poemas figuran en la antología hondureña: Lugares que habito-Argentina en una antología- compilada por Chaco de la Pitoreta y Violeta Klimes. Ed. Atea; marzo 2022
I
Cuando camino el fondo del infierno
no hay poesía.
Cuando el dolor destroza mis entrañas
no hay poesía.
Cuando todas las imágenes se quiebran
y dejan así expuesta mi infantil fantasía
no hay poesía.
Cuando vuelvo a partirme en mil pedazos
cayendo desde arriba
no hay poesía.
Cuando el odio me inunda por completo
y la ira prende fuego a mis manos
no hay poesía.
Cuando no sé quién fui, ni quién voy siendo
ni quién seré
y eso no me preocupa…
Sin dudarlo lo digo: no hay poesía.
II
Con tanto esfuerzo atroz
sostuve mis imágenes,
todo por ocultar siempre la herida.
Me rindo a los esfuerzos,
seré la que me habita:
si luminosa y bella
si mordaz y asesina
si nada
si conciencia
si noche
si plegaria
si cántaro repleto
o si vacía…
seré la que me habita.
III
no tengo apuro
nada ni nadie define
la velocidad de mis tiempos
he derribado dentro de mí
a todos los jueces
los dioses los espectros
que me decían
tienes que hacerlo urgente
vivir-urgente
odiar-urgente
decir-urgente
sanar-urgente
crecer-urgente
amar-urgente
no tengo apuro
es mi tiempo
mi decisión
mi poder
mi libertad
de ser yo misma
IV
No sé si lloveré por la mañana
o en la siesta del jueves
o esta noche
-no lloveré en la calle alborotada-
quizá si lluevo sea en un abrazo
o en tus manos certeras
o en mi cama
o en el abismo inmenso de mi alma
lloveré -cuando llueva-
de celeste de rojo y de esmeralda
de mariposas lapachos y rosas
de vírgenes de brujas y de hadas
y lloveré limpiando mis heridas
lavándome los pies y las entrañas
lloveré perdonándomelo todo
lloveré redimiéndome
lloveré -claro que lloveré-
y seré agua.