Literatura
Poesía
abril 2022
Poemas de Jorge Mejías Cortés
Jorge Diego Mejía Cortés. Conserje en el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, de la ciudad de Medellín. Normalista Superior, Normal Superior de Envigado. Politólogo Universidad de Antioquia. Director de la Casa de la Cultura Julio Cesar García del Municipio de Fredonia 2008-2011. Docente Centro Educativo Rural Filo de los Pérez del Municipio de Sabanalarga Antioquia. 2015. Profesor de Ciencias Sociales, Filosofía y Ciencias Políticas del Colegio Manuel Mejía Vallejo 2012. Columnista de Al-poniente. Estudiante de la especialización en Gerencia Pública Universidad INCCA de Colombia. Desertor de la Maestría en Derecho. Aprendiz de masón. Ha cometido dos libros, uno de Ciencia Política: Comunicación Política y Posverdad (2018) y uno de poesía, Antología poética de mi larga infancia (2019). Alérgico a los gatos.
Primavera
¿De quién son estas alas que hoy se gestan?
¿A dónde se escabullen los siniestros?
Un grito de dolor se escucha en estos pueblos
Un grito de esperanza al mismo tiempo
Cansados del sometimiento germina la semilla libertaria
La llama de la unidad latinoamericana
Abya Yala, se engalana para recibir al dios solar
El sueño del inca, las raíces de la tierra sudan y sueñan
La wiphala ondea a pesar de la presencia del tirano
Mas allá de la carne hay una danza inmarcesible…
Es el tiempo de la justicia
Es el momento de la verdad…
Embrujo
Imbuido bajo el canto de las oropéndolas
En medio de la suave brisa arbórea
Nos descubrimos pequeños y plenos,
Envueltos en un abrigo de miel y aromas
Bajo la sonora pluviosidad cristalina
Fuimos dos amantes taciturnos.
Los ojos de poeta y las crisantemas adornaron
Nuestro bucólico lecho nupcial
Te ame, como nunca,
me amaste como siempre
Descubrimos que la mar es un agónico sentimiento
Que aún retumba en nuestros corazones rosas
La montaña non sancta nos bendice con su manto verde
El ruiseñor que posa en lo alto de los atriles de madera
Bendice nuestro pacto de amor
Trajiste certezas a mi vida
Como la brisa nocturna
Como la buena nueva
Sos la vía láctea, la mujer que amamanta mis deseos
En medio de la selva exuberante me ofreces tu tibio vientre
Tus ígneas entrañas palpitantes
Suspendidos, cual crisálidas de amor
Triunfamos a la muerte desde lo esencial
Existimos cual primates en celo.
Vamos escribiendo juntos
La sonata de la vida.
Desaliento
Es difícil mantener la sórdida calma
en un mundo de múltiples cafres
hoscos umbrales del tedio.
Respirar es conspirar contra sí mismo.
observar pasivamente la pirética ruina
destilar los últimos días de cordura
mugir un aletargado ditirambo.
Llegan noticias de otras dimensiones
cantos ciegos nos abren los ojos
confortables verdades bailan.
al ritmo de atambores desgrana la tarde
los corazones jóvenes desesperan
nadie comprende la premura
(…) del ocaso.
¡Qué reconfortante es ver arder el mundo!
mientras suena la escatológica música
mientras recibes una buena felación
y afuera el hijo del hombre; aúlla.