Literatura
Poesía
febrero 2021
“Cuando espero ni una brisa” de Tanchi
Prólogo a la edición por Alejandro Sieveking
Walt Whitman escribió que “aquel que camina una sola legua sin amor camina amortajado hacia su propio funeral”.
Parece fácil escribir enamorado, ya que todos lo hacen, lo hemos hecho, lo difícil es hacerlo en forma personal, más rica, más expresiva que los demás. Hacer del poema de amor una experiencia nueva, inolvidable como el amor mismo. Hacernos sentir el orden y el caos simultáneamente, pegados a él y lejos, como lo hace Cristián Villalobos con tanta facilidad, retratar el amor tirano, el cruel, el dulce, el carnal, el permanente, el caníbal, el sacrificado, que cambia de forma, de intensidad, pero no desaparece nunca.
En una primera lectura creí percibir una influencia de la poesía japonesa en Villalobos, la brevedad, la palabra exacta, el símil, la sorpresa. En la segunda lectura, por el gran placer de separar los huesillos, volví a sorprenderme y es que lo que terminó por admirarme fue lo económico que puede ser una gran intensidad y que la extrema brevedad puede ser más expresiva que la avalancha de palabras cuando viene acompañada de la precisión y la gracia.
A veces necesitas carne otras veces alma
¿Sabes cómo reconocer a la gente con alma?
Les falta una capa de piel y sangran fácil
Nunca lo hacen en público siempre escondidos
No cicatrizan
Pueden pasar años
y aún así siempre dejan un caminito rojo
¤
Estamos
tranquilos
Cambia
el viento
y se quema
todo
¤
Las pecas
Los lunares
Los gestos
El tono
La risa
Los ojos
Y ya está
Te fuiste
¤
Ni flores
Ni cantos
Ni velas
Ni rezos
No
eres
santa
de mi
devoción
¤