Literatura
Poesía
Septiembre 2020
Francisco Ballovera, poemas de la isla de Annobón
(Guinea Ecuatorial)
DEJARÉ MI HOGAR
Dejaré esta hermosa mar cristalina que brama
que runrunea resuena y grita
cubierta de joyas de merluzas.
Dejaré los fuertes vientos venidos del sur
del norte, del sureste
y estas costas elevadas, pedregosas.
Dejaré estas playas de finas arenas,
golpeadas sin cesar por las gigantescas olas.
Dejaré mi corazón, mi modélica poesía
a la merced y medida del pasar de los tiempos.
Dejaré esta juventud serpenteada
cada vez estremecida
marchitada por los aduladores.
Dejaré estas tierras, sus tardes color púrpura
su tenue perfume cuando se muere el sol.
Dejaré todo lo que amé
sólo para tenerte muerte.
Oh soledad, soledad…
tan trágica y tremenda soledad.
Dejaré mi lecho, mi ciudadela
mi hogar, mi Annobón.
37 AÑOS DESPUÉS
Treinta y siete años de ensangrentado camino
de escombros, de dolor y de hierros
de furias y de desengaños
¿A ésto llamas progreso?
A esto vienes llamando democracia año tras año,
desarrollo y bienestar de los pueblos,
¿Cómo te atreves, sátrapa?
Esta larga vida y época vivida es más de sufrimientos
que de armonía y felicidad…
No creo en los demonios
ni en los ángeles de la eternidad.
Ay, lo que duele la vaciedad
las largas veredas
huecas y las llagas causadas.
El desvanecer de la esencia pura,
obligada a perder todo en los cauces
demenciales de un señorío cualquiera
y longeva como la de 37 años sin luces.
Escupe tú, guineo-ecuatoriano
de tu boca el recelo y el sí a la dictadura
que cicatriza la luz.
Provoca convulsión al sátrapa
no importa el golpe ni la tortura.
Escambrosos y espigales senderos cultivas 37 años
¿A dónde te llevaste la de virtud… y la cultura?
Pintas todo mal sobre ensangrentados paños
luego te jactas e imploras la paz, ¡locura!
No creo en los demonios
ni en los ángeles de la eternidad…
Soy de carne y hueso: barro y aliento.
Si en mí se cuece la enigmática y mágica pelea de ambos
pues vivo en la crueldad y bondad del prójimo
si en algo he ofendido, Dios
pido clemencia, pido piedad.
Soy playero
Soy playero,
inmortal guerrero contra las temporadas,
nací junto a las fragancias de la mar
con sabor salino en la boca
en la sangre
en la piel.
Soy playero,
marinero de norte y de sur
de noreste y de sureste…
hijo legítimo de la verdadera mar enfurecida,
la mar cristalina y azul insulana.
Soy playero,
mis mensajes no caen en tierras mojadas
ni en tierras desérticas se atreven.
Caen en la profundidad de la salina
y atrincherada mar del sur
la mar fértil, única como la celeste Gloria.
Soy playero,
orgulloso bantú,
pero de la era turbulenta y sin rumbo.
Aquí bebí de toda tú mar
cuando tomo mi cayuco
y mi remo para zarpar e ir a pescar
nada me hacen temblar las marejadas.
Soy playero
hábil pescador sobre la mar
si furioso comienza a soplar el vendaval
me abstengo
porque no veo en medio de la mar
dónde ir a cobijarme ni a dónde agarrarme.
Soy playero
no quieren saber nada de la airada ni mansa mar
en cambio son todas playeras y playeros.
A la mundicia celebrar solo van
aun soplando o no el huracán
¿verán allí otro lugar donde agarrarse?
Soy playero
quisiera serlo siempre…
y no deberíais tener género
lago y mar.
Soy playero
y mi amada es playera
hijas e hijos todos de la mar.
Francisco Ballovera Estrada, poeta nacido en la ciudad de San Antonio de Palea en la isla de Annobón (Guinea Ecuatorial, 1980) En 2001 publica su primera composición, “El eterno viaje”, en la revista cultural El Patio, del entonces Centro Cultural Hispano-Guineano. En 2004 gana el Primer Premio de Poesía en el Centro Cultural Español de Malabo, con la obra “Guitarra”, en ocasión del Día Mundial de la Música. En el 2007 su poema “Lejos de mi tierra” aparece en el Calendario Cultural del Centro Cultural Español de Malabo, y en la revista Atanga publica la obra “Prisión”. El año 2013 es galardonado en el Certamen Literario “12 de Octubre” categoría poesía con la obra “El secreto de los libros”, publicada en la Biblioteca Digital AECID. El año 2014 publica su primer libro, titulado: Caminando por África (Alianza Hispánica). En el año 2017 es reconocido en la Primera edición de Concurso de Relatos Cortos del Premio Literario Fundación Martínez Hermanos, celebrado en Guinea Ecuatorial. Además es autor de numerosos ensayos breves y de crónicas y escribió la novela: La historia del niño Jaasa Liz’u en el país de Nangá Ngué, que espera publicar próximamente.